TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las lágrimas que derramó por la pérdida irremediable de su padre durante la pandemia hoy cultivan un futuro prometedor para ella y su familia.
Y lo que en aquel tiempo era un dolor insoslayable provocó su transformación en una mujer segura de sí misma que desea innovar en el mercado de la venta de arreglos florales.
Fabiola Betancourt es una emprendedora de 20 años que desde el 18 abril de 2022 decidió abrir su propia floristería para atender los deseos de las personas que quieran regalar un detalle que aporte carácter, elegancia, amor y personalidad.
Los presentes son elaborados con especificaciones precisas, como la cantidad de rosas, chocolates y la personalización de las cartas para congratular a ese ser amado o familiar en un día especial.
Los pedidos tienen un valor desde 250 lempiras hasta la exigencia del comprador y se entregan a domicilio con un costo extra, en las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela.
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Primera venta
Comenzar un negocio no es una tarea sencilla, según los propios relatos de Betancourt, que con alegría comentó que “la primera persona desconocida que me compró un arreglo floral fue un hombre que me pidió 50 rosas y chocolates”.
“Esto era para salvar su relación matrimonial o de noviazgo, pero creo que al tiempo terminaron por cuestiones de la vida o algo así, no estoy segura”, relató.
Pero algo que no pudo contener la joven emprendedora fue la emoción de saber que su primer cliente había llegado a realizar un pedido de 2,000 lempiras, lo que prácticamente era su inversión inicial.
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Y para llegar a esa cantidad de dinero tuvo que limpiar y asear una tienda de ropa, además de un hogar, ocupación que le generaban pocos ingresos para sustentar la economía de su hogar.
Para Betancourt todo cambió desde la muerte de su padre y hubo momentos en que tenía que decidir entre comprar comida para aplacar su hambre o recargar su teléfono celular para recibir clases en línea.
“Mi papá era dueño de un taller de escapes, pero cuando murió el negocio le quedó a mi hermano; pero no ajustábamos y eso que mi mamá costuraba ropa en la casa, por eso decidí buscar trabajo”, detalló con pesadumbre Betancourt.
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Inicios
La creación de la floristería Flower Lab surgió de la pasión por los arreglos y el amor por su carrera de Microbiología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Aunque no niega que el ombligo del negocio es “por la idea que me dio mi hermana de que esto realmente daba ingresos”.
Actualmente posee una amplia gama de productos florales que pueden ser apreciados en sus redes sociales de Instagram, en donde aparece como “Flowerlab77”, o por medio del mercado virtual de Facebook a través de su perfil “Betancourt Fabiola”. También atiende pedidos vía WhatsApp al número 3359-8109, en el cual cada cliente podrá contactarla.
Betancourt agradece a todas aquellas personas que se han sumado a su emprendimiento e invita a los capitalinos a seguir impulsando su sueño de tener su tienda física.
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