TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Potenciar el conocimiento o frenarlo es la disyuntiva que ahora generan las nuevas tecnologías en los usuarios con mayor facilidad de acceso al internet.
De acuerdo con la Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples (EPHPM), en el Distrito Central, durante el 2023, la población con acceso total a internet fue de 758,429.
También, el ente reveló que 677,259 capitalinos utilizaron el internet al menos una vez al día.
Considerando las mismas cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), se evidenció que el año pasado 459,540 usuarios utilizaron el internet para entretenimiento, videojuegos, música, entre otros; mientras que sólo 182,889 lo utilizaron como herramienta complementaria a la educación formal.
Luz o tinieblas
Para el sociólogo y excatedrático universitario Pablo Carías, con la ampliación de las telecomunicaciones con nuevas tecnologías, como el internet y redes sociales, surgieron nuevos medios de socialización de valores, costumbres o creencias, los cuales antes eran exclusivos en el sector educativo, familia o trabajo, ahora parecen competir con las ideas propagadas en las nuevas plataformas con su atractiva presentación.
“Desde el punto de vista de socialización de valores, no siempre aportan elementos constructivos que ayudan a edificar la integración social y (las redes sociales) se convierten en un disociador que hace que niños y adolescentes las encuentren más atractivas que un libro o un docente que carece de recursos tecnológicos”, explicó.
Aclaró que más allá de condenar las nuevas telecomunicaciones, resaltó la necesidad de que las familias estén pendientes de los que consumen los menores, al menos, hasta después de la adolescencia.
En ese sentido, instó a que desde los centros educativos se oriente el uso de las tecnologías para el estudio y utilizar los nuevos medios de comunicación como herramientas pedagógicas.
“En los últimos años como catedrático, el copia y pega fue común. Los alumnos se engañan solos y se entorpece la capacidad de desarrollar lógica, ideas o pensamientos que lo orienten”, cuestionó.
Uso adecuado
Edith Copland, extitular de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), consideró que desde casa se debe cuidar el tipo de contenido, por ejemplo, en TikTok, para evitar que los menores crezcan con un concepto equivocado de la vida.
“Hay plataformas que nos pueden educar para aprender hasta un segundo idioma, programar o hasta robótica, pero también en ellas hay gente enferma que puede manipular a los niños para que cometan ilícitos o actos contra la ética y la moral”, advirtió.
En cuanto al rol de los centros educativos, destacó que por el momento son los privados que ya sacan ventajas para que los niños utilicen la tecnología y aunque piensen que están jugando, en realidad están analizando y aprendiendo.
“Lastimosamente en las escuelas públicas no hay una visión, más que todo enseñan a obedecer y no a pensar. Hay niños brillantes en las públicas, pero no tienen las herramientas para absorber conocimiento y fortalecer el talento que tienen”, dijo.