TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Muchas familias hondureñas les tocan vivir con tristeza el alejamiento de un hermano, un primo o de sus padres, quienes no tienen otra alternativa que migrar al extranjero en busca de mejores oportunidades, principalmente hacia los Estados Unidos y España.
Adalid Chávez es uno de los miles de hondureños que tienen familiares en el extranjero y que en su momento tuvieron que salir del país para buscar nuevos horizontes.
“Tengo un mínimo de 25 familiares que salieron de Honduras a España, algunos tienen 20 años de estar fuera”, expresó Chávez, quien radica en Talanga, Francisco Morazán.
El entrevistado mencionó que el tema de la migración es un dilema porque, en su caso, gracias a que sus parientes cercanos trabajaban en el extranjero, él pudo graduarse de médico en Honduras.
Este fenómeno de la migración tiene un efecto negativo en el vínculo familiar, ya que por cultura en los países latinoamericanos la unidad entre padres, abuelos, tíos e hijos es íntima y cercana.
En consecuencia, esta relación construida por años pueden romperse al enfrentarse a la distancia.“Los lazos familiares ya no son iguales porque el afecto de la persona física es importante”, expuso Chávez.
Ejemplificó que en su casa, aunque tiene comunicación fluida con sus parientes a través de las redes sociales y aplicaciones, cuesta mucho volverlos a ver personalmente debido a la lejanía.
La migración también provoca escasez de mano de obra en los municipios cercanos a la capital, incluso viviendas deshabitadas por sus propios dueños que viven en el extranjero.
Por ejemplo, en la comunidad de La Ermita, Talanga, donde según el presidente del patronato de la localidad, Jairo Varela, más del 60% de sus habitantes migró a otros países como España y Estados Unidos.
“Las personas que están fuera del país realizan sus envíos para construir sus casas con el fin de alquilarlas o tenerlas mientras ellos se vienen”, detalló Varela. Explicó que muchos ciudadanos se van por la falta de oportunidad del país.
Datos
El alcalde de Nueva Armenia, Francisco Morazán, Eduar Andino, mencionó que un 30% de la población sale hacia las principales ciudades del país en busca de trabajo y otro mínimo porcentaje al extranjero.
“Los ciudadanos migran porque necesitan mejores oportunidades”, aseveró.
Por su parte, Ángel Aguilar, alcalde de Ojojona, mencionó que en su municipio la mayoría de personas migran de manera regular “por medio del Ministerio de Trabajo o amigos que están en el extranjero. Muchos se van con visa de trabajo por un tiempo de cinco a seis meses”, indicó.
El entrevistado mencionó que las personas están migrando más para Canadá y España a trabajar. “Para los Estados Unidos es muy poca la que se va irregularmente”, consideró.
Muchas personas del municipio de Cantarranas también deciden irse al extranjero, principalmente los jóvenes del lugar.
“El 3% de la población de Cantarranas está en el extranjero”, indicó Marco Guzmán, alcalde del municipio. Expuso que cada mes salen alrededor de 10 personas de manera irregular para Estados Unidos.
A pesar de estos datos, las autoridades municipales de la ciudad selfie consideraron que todavía no hay un impacto negativo de mano de obra.
En las temporadas de cosecha de caña de azúcar y café se requieren alrededor de 5,000 trabajadores de noviembre a mayo de cada año.
Expertos
Es difícil para muchos hondureños dejar a sus familias con las que entablaron relaciones por muchos años.
En relación con el duelo migratorio familiar, el experto en psicología clínica y terapia familiar Rafael Mejía explicó que “todos esos nexos familiares que se van forjando con los años, cuando se provoca una desvinculación porque algunas personas fallecen o viajan pueden causar vulnerabilidad cuando los vínculos son demasiados estrechos”.
El experto indicó que, en el caso de los niños de padres que viajan, “si se despiden, el niño puede entender la situación que motivó la partida”.
Sin embargo, hay muchos adultos que no se despiden de sus pequeños quedando los niños con doble duelo “porque el primer duelo es que se fue y no se despidió de mí, segundo se sienten parte del problema al no ser incluidos por situaciones económicas”.
Otro problema es que la ausencia de los padres y madres puede influir en tener una baja autoestima en convivencia social en la escuela u otras celebraciones