TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Una oportunidad de reflexión para las autoridades y la sociedad es la Semana Santa, a criterio del sacerdote Ovidio Rodríguez.
El religioso compartió con EL HERALDO sus impresiones sobre la realidad del país y la Pasión de Cristo.
Vivimos una segunda Semana Santa atípica, seguimos viviendo con la pandemia...
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Veamos la Semana Santa como una oportunidad, creo que podemos aprovecharla como un tiempo de gracia y de salvación. Esta semana sigue siendo sagrada para quien cree en el Señor de la vida y para oxigenar el alma, de repente el ambiente es tóxico por este lenguaje confrontativo que viven los hondureños.
¿La humildad y servicio de Jesús debe ser ejemplo a seguir para nuestras autoridades?
Hay mucha prepotencia, mucho arribismo, sí hay autoridades que se han vestido de valores humanos, pero hay otros que son prepotentes y autosuficientes, cuando uno insulta es porque tiene debilidades.
La humildad no es ser bobo, pero sí es tener honestidad y transparencia, sencillez y apertura hacia los demás. Es momento de que las autoridades se hagan una autocrítica, la política es el arte de administrar el bien común, pero aquí han administrado para ellos.
Es momento de reflexionar, de hacer una autocrítica, para saber cómo están gobernando, es momento de buscar de Dios, pero no del dios dinero o del poder, sino del Dios que es camino de verdad.
¿En Honduras seguimos cargando la misma cruz?
Seguimos cargando la cruz de la pobreza, el analfabetismo, la cruz de la falta de salud, y quienes la cargan son los más pobres.
Esa cruz que diezma al pueblo hondureño que es tan noble y aguantador. Hemos tenido mala administración que se traduce en corrupción.
¿Por qué no hemos podido cambiar esa cruz?
Porque nos falta más conciencia crítica, entre más analfabetos seamos, más dóciles somos.
Muchos jóvenes hoy engrosan las pandillas porque allí son amados y aceptados, porque están en la ignorancia.
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El nivel educativo es sumamente bajo. Yo escucho que el 95% de los estudiantes están recibiendo clases virtuales y eso no es cierto, yo trabajo en aldeas y allí no hay nada. Ya me imagino lo que pasará con estas generaciones del 2020-2021, porque es cierto que hay pandemia, pero tiene mucho que ver la autoridad.
¿Podrá resucitar la sociedad hondureña que se encuentra convulsionada por la enfermedad y la corrupción?
Qué lindo sería que resucitáramos todos, que pasáramos del pecado a la gracia, de la injusticia a la justicia, de la corrupción a la transparencia.
De la mediocridad a la eficiencia. Ese sería el paso de la resurrección que tendríamos que dar. En Honduras en nombre de Dios se mata, en el nombre de Dios se roba.
¿Cuál debe ser la buena noticia esta Semana Santa?
Pasar del pecado a la gracia, de la corrupción a la transparencia.
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