Tegucigalpa, Honduras.- El emblemático Parque Central de Tegucigalpa, donde por años ha vigilado la estatua ecuestre de Francisco Morazán, se encuentra olvidado y sumido en la oscuridad por la falta de alumbrado público.
Las viejas luminarias del siglo pasado se apagaron, quedando solo en el recuerdo histórico del centro de la ciudad capital.
Actualmente, el lugar es un espacio solitario e inseguro durante las noches, donde solo se observan las siluetas de grandes árboles centenarios, testigos de las mejores épocas en el pasado.
Los visitantes lamentan que uno de los puntos más representativos de la capital sea ahora visto como un lugar peligroso.
“Antes veníamos a pasear con la familia, pero ahora el parque está tan oscuro que parece peligroso hasta para caminar por aquí,” comentó Manuel Martínez, residente en la colonia Arturo Quezada de Comayagüela.
El llamado es para las autoridades de la alcaldía capitalina y las instituciones encargadas de los sitios históricos, para la restauración del alumbrado público y el reforzamiento de la seguridad con policías.
Una situación similar ocurre en el icónico Parque La Libertad, en Comayagüela. A pesar de su valor histórico, rodeado de edificios como la Escuela Nacional de Bellas Artes y la Iglesia Inmaculada Concepción, el espacio está descuidado, inseguro y carece de alumbrado público en horas nocturnas.
Personal de seguridad de las instituciones cercanas al recinto relata que, por la noche, el parque se convierte en un lugar para la venta y compra de drogas.
“Es triste venir aquí y ver todo sucio y abandonado. Da temor estar aquí porque es inseguro,” expresó María Aguilar, quien solía visitar el parque con regularidad.
La emblemática estatua de La Libertad, instalada en 1883 durante el gobierno de Marco Aurelio Soto, y la de Juan Ramón Molina son testigos del descuido y de la poca afluencia de visitantes a este recinto histórico de Comayagüela.
Vecinos
Los entrevistados aseguran que la falta de iluminación y la escasa presencia policial han convertido el espacio en un lugar frecuentado por delincuentes, alejando a los visitantes que antes disfrutaban de ese histórico lugar.
El escenario no es diferente en otros espacios recreativos e históricos como el Parque El Obelisco y el Parque Valle.
Ambos, con más de un siglo de historia, enfrentan problemas de abandono e inseguridad.
El Obelisco, que en su tiempo fue símbolo de la modernización de la capital, hoy se encuentra en penumbra, mientras que el Parque Valle ha dejado de ser un espacio recreativo y es poco visitado durante las noches.
“Es contradictorio que lugares con tanto valor histórico y cultural estén en este estado,” señaló otro de los entrevistados por EL HERALDO.
Por su parte, Luis Lozano, del Centro de Arte y Cultura de la UNAH, pidió a las autoridades que cuiden más del parque La Libertad, debido a que es un símbolo histórico de la ciudad de Comayagüela. Además, es un lugar donde se realizan varios eventos culturales por su cercanía con el edificio del Centro de Arte y Cultura.
A pesar de las reiteradas denuncias de los capitalinos, la respuesta de la Alcaldía Municipal ha sido limitada.
Las autoridades gubernamentales, como la Secretaría de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras (Secapph) deberían impulsar programas culturales y recreativos que devuelvan la vida a estos lugares.
El casco histórico de Tegucigalpa y Comayagüela representa una parte fundamental del patrimonio hondureño.
Sin embargo, su actual estado de abandono no permite que los visitantes y capitalinos disfruten de su tiempo como sucede en otras ciudades del mundo, incluso en Latinoamérica.
