TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Una de las preguntas que cientos de capitalinos se hacen al momento de comprar sus alimentos, en cualquier establecimiento o abarrotería, es “¿por qué la comida sube de precio aunque la gasolina bajen?”.
La pregunta que da espacio para que los expertos en economía puedan explicar cómo este fenómeno golpea cada día el bolsillo de los hondureño, especialmente de los capitalinos.
EL HERALDO conversó con los especialistas en finanzas para conocer los motivos principales por los que los productos cuando suben su precio, difícilmente bajan.
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Ismael Zepeda, investigador del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), explicó que los alimentos no bajan porque “necesitamos importar combustible y fertilizantes del extranjero, además de que tenemos una producción primitiva que no ha sido potenciada”.
Añadió que otras de las causas es por culpa del “coyotaje” (intermediarios que acaparan los productos), el cual no ha sido regulado por ningún gobierno y que es una causa principal de costos, la que hace que compren más barato el producto y luego lo vendan caro.
Además de la deficiencia en el tema de las políticas públicas en las distintas instituciones del Estado encargadas de cuidar los bolsillos de los capitalinos.
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El economista Héctor Alvarado, explicó que “para que los precios puedan bajar el gobierno debe invertir en la producción agrícola, porque solo así los costos podrán reducirse”.
Indicó que ante las exigencias de un aumento de salario por parte de las personas, en este caso “no sería conveniente porque aumentaría la demanda de productos y si hay demanda, viene el incremento a la comida”.
Por lo que desde el punto de los economistas, la solución para que los alimentos puedan bajar de precio es que se invierta en la producción del campo, además de establecer normativas fiscalizadoras para evitar que los precios sigan subiendo.
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¿Qué dicen los comerciantes?
Ya sea grande o pequeño el local, cada vendedor llega a una sola conclusión: los altos precios en que compran los productos. Carlos Figueroa, vendedor del Mercado Zonal Belén, manifestó que “cuando compramos barato, es porque nos vino una oferta y si damos un precio módico, cuando venga el real la gente no va a querer comprar al precio actual; es mejor mantenerlo para no perder al cliente”.
Agregó que “no es rentable variar de precios, porque luego se hace difícil adaptar al consumidor y a sabiendas de que lo que ganamos son centavos; por qué no le preguntan a los empresarios si ellos son los que nos venden el producto”.
De igual forma, EL HERALDO buscó la reacción y explicación de las autoridades de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT), pero no obtuvo respuesta.Asimismo, este rotativo trató de contactar a las autoridades del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) para saber su postura y si podían brindar una respuesta, pero tampoco hubo un pronunciamiento de su parte.
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Trabajo del Gobierno
Mario Castejón, director General de Protección al Consumidor, indicó que “estamos trabajando de la mano con el Ministerio Público (MP) para evitar la especulación de precios en los mercados y evitar el acaparamiento de granos”.
Aseveración que fueron desmentida por Darwin Ponce, director de la organización de protección al consumidor Artículo 19. “Hasta el momento no hemos visto que se esté trabajando para frenar el aumento a los alimentos... Algo sí hay que tener seguro, que van a seguir subiendo durante el resto del año y para el 2023 tomarán el mismo rumbo si no hay una supervisión del gobierno”.
Durante esta semana, la carne y los derivados de la leche han registrado una alza de más de cinco lempiras en su precio, según confirmó EL HERALDO.
También la escalada de precios se dio en la medida de frijoles que actualmente se cotiza en más de 100 lempiras y los huevos que llegan hasta los 150 lempiras por cartón.
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