Tegucigalpa, Honduras. – Los siniestros en la capital de Honduras han generado alarma tanto en la ciudadanía como en las autoridades, quienes han intensificado sus esfuerzos para reducir estos incidentes que no solo causan pérdidas materiales, sino que también ponen en riesgo vidas humanas.
Según datos proporcionados por el Cuerpo de Bomberos, en lo que va del año se han registrado 159 incendios estructurales en Tegucigalpa, de estos algunos se han provocado por fugaz de gas o cortocircuitos.
En los últimos cinco días se han registrado aproximadamente cuatro quemas en la capital, teniendo una respuesta rápida por parte de las autoridades, el incidente de mayor proporción fue el de las bodegas de la colonia El Prado.
El teniente del Cuerpo de Bomberos, Carlos Bonilla, expresó que “los comerciantes deben realizar la inversión correcta en cuestión de electricidad, muchas veces no se cumplen con las normativas y esto es un factor principal para que se produzca un cortocircuito”.
Uno de los desafíos en lucha contra los incendios estructurales en Honduras es la infraestructura de muchos comercios, aunque se han hecho esfuerzos por mejorar la tecnología y equipos antifuego, muchos destacamentos aun carecen de los recursos necesarios para enfrentar siniestros de gran magnitud.
En muchos de los incidentes del presente año, la intervención de los bomberos fue dificultada por la falta de acceso adecuado a agua o por la distancia a la que se encuentran los hidrantes. En términos de comparación, en el mismo periodo de tiempo, pero 2023, se registraron 175 incendios estructurales, una cifra que ya era preocupante.
Sin embargo, la tendencia de este año no está lejos de igualar cifras anteriores, esto ha puesto en alerta a las autoridades y hacen llamado urgente para mejorar la regulación en temas de seguridad contra incendios.
“El día de ayer tuvimos un tiempo de respuesta muy rápido y evitamos que comercios adyacentes, bodegas y oficinas, salieran afectadas en el incendio, esto se debe a la comunicación fluida con los diferentes cuerpos de trabajo”, manifestó Bonilla.
Otro aspecto que ha agravado la situación, es el crecimiento urbano desordenado, especialmente en las zonas populares de las principales ciudades. Muchas de estas áreas carecen de la planificación adecuada, lo que contribuye a que las construcciones sean vulnerables a incendios.
