TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A pesar de estar en invierno, las pocas lluvias que se han reportado en la capital están afectando el suministro de agua potable.
De enviar el vital líquido cada dos a tres días pasó a cinco días, durante julio.
Ahora el problema que reportan los abonados que se abastecen de la represa Los Laureles es que la presión del agua en las tuberías es muy débil, por lo que no logran almacenar suficiente agua para aguantar cinco días y realizar las actividades en sus hogares.
Este problema se reporta hace dos semanas en las colonias ubicadas al oriente de la ciudad.
Por ejemplo, colonias como Hato de Enmedio, San Ángel, San Ignacio y algunos sectores de la colonia Kennedy, los vecinos se quejan de que el agua llega con poca presión.
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Esto genera que el agua llegue en menor cantidad a los grifos de los hogares y las pilas, barriles y cisternas, tardan más en llenarse.
Hasta el jueves la represa Los Laureles se encontraba en 22%, mientras que La Concepción mantenía su nivel en 48%.
La próxima semana, el equipo de técnicos del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), se reunirán para evaluar las condiciones de la represa y el pronóstico de lluvia para establecer si se persisten con los racionamientos cada cinco y ocho días en agosto.
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Despidos
Una vez concretado el proceso de municipalización del agua, se espera también que se mejoren las condiciones del servicio en la capital.
Sin embargo para este proceso se requiere despedir a unos 1,200 empleados del SANAA en los próximos meses.
Hasta la fecha se han notificado a 290 empleados y ya se han pagado unos 400 millones de lempiras. Además se informó que la comuna evaluará los perfiles para contratarlos.
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