Tegucigalpa, Honduras.- Los ríos son desde tiempos antiguos el principal impulso que permitieron florecer los asentamientos humanos, evolucionando a través de los siglos en grandes ciudades y capitales modernas, siendo estos cuerpos de agua fuentes de vida y de divisiones naturales como el río Choluteca que divide Tegucigalpa con Comayagüela.
Estas ciudades gemelas separadas por el emblemático río Choluteca es un ejemplo de cómo el entorno natural puede moldear el destino de una región.
Maynor Ruiz, coordinador de la Maestría en Gestión del Riesgo y Manejo de Suelos de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), explica que esta división, aunque simbólica, representa retos y oportunidades para la gestión urbana y ambiental de la zona.
Según el experto en geología, Tegucigalpa y Comayagüela comparten similitudes con otras capitales latinoamericanas como Caracas, Quito, Ciudad de Guatemala y La Paz.
Las ciudades en mención tienen relieve accidentado, atravesadas por ríos de gran importancia con un crecimiento desordenado y urbanización acelerada, lo que incrementa su vulnerabilidad a deslizamientos, inundaciones y otros riesgos naturales.
“La topografía de Tegucigalpa y Comayagüela puede convertirse en una ventaja estratégica si se gestiona adecuadamente”, asegura Ruiz.
Sin embargo, el experto considera que se debe combinar planificación urbana sostenible con infraestructura resiliente y medidas de conservación ambiental.
Este enfoque permitiría no solo mitigar los riesgos, sino también integrar las ciudades con su entorno natural y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
A nivel mundial, existen ejemplos emblemáticos de ciudades divididas por ríos. Uno de los más destacados es Budapest, en Hungría, donde el río Danubio separa Buda y Pest, dos áreas con características propias que se complementan.
En América Latina, ciudades como Quito y Caracas enfrentan desafíos similares debido a su geografía accidentada y su relación con ríos importantes.
Estas urbes han intentado, con mayor o menor éxito, integrar la gestión ambiental con el desarrollo urbano. “Podemos aprender de otros casos en el mundo, pero también debemos desarrollar estrategias adaptadas a nuestra realidad”, recomendó Ruiz.
Testigo histórico
El historiador Daniel Vásquez destaca la relevancia histórica del río Choluteca en la evolución de Tegucigalpa y Comayagüela desde la llegada de los españoles.
El río Choluteca es importante, ya que Tegucigalpa era como un señorío o especie de cacique y Comayagüela tenía otro, pero todos de origen Lenca”, explicó.Esta jurisdicción administrativa la “dividía el río Choluteca, que sirvió con la llegada de los españoles para tener esas dos partes bien definidas”, recordó el entrevistado.
Es por eso que el río Choluteca es testigo del desarrollo de las ciudades gemelas que han tenido por siglos desde la llegada de los españoles a América.La capital hondureña está rodeada de cerros de donde fluyen corriente de agua que forman el río Choluteca.
Por su parte, Josué Sevilla, director del Archivo Nacional de Honduras, explica que la idea del río Choluteca, como límite entre las dos ciudades, es más bien un eufemismo.
“La división territorial fue algo que se consolidó con el tiempo para diferenciar a Comayagüela, donde habitaban los pueblos indígenas y los barrios obreros, de Tegucigalpa, que concentraba a las clases privilegiadas”, expuso Sevilla.
Es de reflexionar que el desarrollo de otras ciudades divididas por ríos puede servir de inspiración. En lugar de ver la afluencia como un obstáculo, se le puede considerar un punto de encuentro y una oportunidad para conectar a ambas ciudades de manera más integral para lograr una capital hondureña con un impulso económico firme