TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “¡Mami, mami ya viene la virgencita!, ya la traen”, expresó con alegría la pequeña Natalie, entre el mar de feligreses que este sábado 3 de febrero, asistieron a la solemne celebración de Eucaristía por el 277 Aniversario del Hallazgo de la Virgen de Suyapa.
Y es que bajo el resplandor matutino, tras una colorida alborada, la misa solemne por el 277 aniversario del hallazgo de la Virgen de Suyapa se desplegó como un canto sagrado.
Es así que miles de almas se congregaron en la Basílica para evidenciar su devoción y honrar a la reina de Honduras con amor y gratitud.
Durante el acto de devoción Mariana, las autoridades del gobierno también se unieron a los feligreses para integrar el tapiz de fe que abraza la historia que inició, con los campesinos Alejandro Colindres y Lorenzo Martínez, en 1747.
Eucaristía
“De una manera natural y espontánea dicen ‘que pequeña es, ‘que grande es’, yo diría ¡que querida es!”, expresó Monseñor José Vicente Nácher durante la misa.
Ante la feligresía, reiteró que el amor de una madre, ante sus hijos no tiene fronteras, porque una madre, como la Virgen de Suyapa, siempre se inclina con ojos de ternura a sus hijos para calmar cualquier temor.
Masivo acompañamiento
Entre la emoción por presenciar la sagrada representación de la Patrona de Honduras, los más fieles provenientes de tierra adentro, también relataron los milagros recibidos por su devoción.
“Mi hijito era bien enfermo, lo puse en las manos de la virgencita y ella me lo sanó, ahora ya es un hombre, miré estos son mis nietos”, relató doña María, originaria de La Paz.
Y es que la fila, para entrar y tener la oportunidad de mostrar cariño a Suyapita, se extendió hasta las afueras del santuario ubicado en la Aldea de Suyapa.