Tegucigalpa, Honduras.- El cáncer es una de las enfermedades más desafiantes en todo sentido y uno de los grandes enemigos que enfrenta la humanidad, la ciencia y la medicina hoy en día.
Particularmente, el cáncer de mama representa, tanto a nivel físico como emocional, un reto aún mayor. Enfrentar un diagnóstico de esta naturaleza no solo afecta el cuerpo, sino también la mente y el espíritu.
Mantener una actitud positiva puede mejorar significativamente el bienestar emocional de las pacientes con cáncer de mama, según lo ponen de manifiesto diversos estudios de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
A continuación, sírvase notar tres aspectos psicológicos fundamentales que inciden directamente en el proceso de recuperación del cáncer de mama, ya sea que usted esté librando esta lucha o uno de sus seres queridos la esté enfrentando.
Gratitud
La gratitud es una práctica que puede cambiar su perspectiva ante la enfermedad. Sentir agradecimiento por las pequeñas cosas de la vida, como el apoyo de la familia o un día sin dolor, permite que su cerebro se enfoque en lo que está bien, en lugar de centrarse solo en las dificultades. Esta actitud puede influir en la forma en que las pacientes enfrentan su tratamiento y su día a día.
Optimismo
Múltiples investigaciones en el campo de la oncología se han centrado en los beneficios del optimismo en las pacientes. Los estudios sugieren categóricamente que si usted cultiva una visión optimista sobre su futuro, el enfrentar los tratamientos, por muy complicados que sean, resulta mucho más llevadero y, en algunos casos, se presenta una recuperación notablemente más rápida.
Esto no significa negar las dificultades del diagnóstico, sino tener la convicción de que, a pesar de los obstáculos, es posible superarlos. Los médicos recomiendan integrar prácticas como la meditación o el mindfulness para cultivar este optimismo, pues estas técnicas ayudan a calmar la mente y a ser consciente de toda situación que le rodea, así como a estar atenta a sus propias reacciones. Meditar en un lugar calmado y, de ser posible rodeado por la naturaleza, contribuye a fomentar pensamientos positivos y constructivos.
Resilencia
La resiliencia es la capacidad de adaptarse y sobreponerse a las adadversidades, no importa cuáles sean. Esto juega un papel crucial en la vida de una paciente con cáncer de mama. Desarrollar resiliencia no es sencillo, pero claro es posible.
Muchas veces, las personas que enfrentan esta enfermedad descubren en su interior fuerzas que desconocían. Según la opinión de los expertos, la resiliencia puede ser cultivada a través del establecimiento de redes de apoyo sólidas, como grupos de terapia o círculos de amistades, que proporcionen un espacio seguro para compartir emociones y experiencias.
Las recomendaciones médicas apuntan también a que el enfoque positivo debe complementarse con hábitos de vida saludables. Mantener una alimentación equilibrada, realizar ejercicios físicos adecuados a las capacidades de la paciente y seguir rigurosamente el tratamiento médico son aspectos fundamentales que deben ir de la mano con la actitud mental positiva.
El cuerpo y la mente están profundamente conectados, y es esencial cuidar de ambos para obtener los mejores resultados en el proceso de recuperación.
Otro aspecto que se debe considerar es el apoyo emocional brindado por los seres queridos.
Las pacientes que reciben apoyo constante de su familia y amigos suelen enfrentar la enfermedad con mayor fortaleza. Los estudios han mostrado que sentir el respaldo y el cariño de quienes las rodean fortalece el sistema inmunológico, contribuyendo a una mejor respuesta al tratamiento.
Es importante destacar que la psicología positiva no pretende sustituir los tratamientos médicos convencionales, sino ser un complemento de ellos.
La capacidad de ver la luz en medio de la oscuridad, de encontrar esperanza y fortaleza, es un don que puede ser cultivado por todos.
Si usted está luchando contra el cáncer de mama, saque partido de toda situación y jamás olvide que la gratitud, el optimismo y la resiliencia no curan el cáncer por sí mismos, pero pueden mejorar su calidad de vida durante esta batalla.