TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Uno de los temores más grandes que permanentemente amenaza la salud física, mental y emocional de las mujeres en todo el mundo sigue siendo un blanco clave en el mes que se tiñe de rosa.
Octubre inició, como cada año, con la tarea de hacer que el cáncer de mama sea sinónimo de prevención. Las campañas que buscan concientizar sobre todo lo relacionado con esta enfermedad son muchas, y Superguía Salud se suma al reto con un especial que pretende desglosar semana a semana las dudas más frecuentes.
En este primer apartado, el origen de todo. Se sabe que convertirse en víctima de este mal puede ser para muchas una lotería, pero lo cierto es que se asocia a diversos factores de riesgo específicos. Y es por ello que una buena estrategia para contraatacarlo es conocer qué hace a algunas mujeres más propensas a padecerlo que otras.
Antes que todo, es importante entender que “no se conoce con exactitud el origen de este mal, apenas continuamos hablando de factores de riesgo, que incluyen menstruación temprana, menopausia tardía, causas congénitas, abstinencia a dar lactancia y concepción del primer hijo después de lo 35 años, entre otros”, informó la cirujana y mastóloga Lía Bueso.
Y si bien, con frecuencia, todos influyen en el desarrollo de la enfermedad, la mayoría no la provoca de forma directa. Algunas personas con varios factores de riesgo nunca muestran señales de cáncer, mientras que otras aún sin tenerlos sí lo hacen.
Los casos de cáncer de mama hereditario son menos frecuentes, y representan entre el 5% y el 10% de los casos de cáncer, según la Fundación Hondureña contra el Cáncer de Mama (Funhocam). Estos aparecen cuando se transmiten cambios genéticos, llamados mutaciones, dentro de una familia, de una generación a la siguiente.
Sin embargo, al considerar el riesgo de desarrollar cáncer de mama, es importante recordar que la mayoría de las mujeres que lo padecen no presentan factores de riesgo evidentes ni antecedentes familiares. Esto significa que la prioridad debe ser estar conscientes de los cambios en sus mamas. También es preciso hablar con sus médicos sobre la posibilidad de someterse a exámenes de mama regulares y a mamografías.
Ahora que está iniciada en el tema, evalúe si es o no candidata a un diagnóstico que podría cambiarle la vida. La responsabilidad también es suya.