TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Somos diferentes. Las mujeres y los hombres no nos parecemos ni física ni psicológicamente, y esta segunda diferencia queda muy marcada a la hora de gestionar procesos mentales y emocionales como la depresión.
La depresión es un cuadro clínico que puede presentarse a cualquier edad y sin distinción de raza, sexo ni condición social.
La depresión es un signo, no un diagnóstico en sí mismo, ya que puede formar parte tanto de un trastorno depresivo como de un trastorno bipolar, y ese diagnóstico solo puede darlo un profesional, o sea, un psicólogo, que posteriormente decidirá, según lo que presenta el paciente, si este requiere de apoyo psiquiátrico y neurológico.
Diferencias
Para establecer de qué manera enfrentan la depresión los hombres y las mujeres consultamos a la psicóloga clínica Patricia Mackay, quien señala que la mujer vive la depresión emocionalmente y el hombre conductualmente.
La experta desglosa que la mujer se encierra: “Vive un aislamiento para rumiar su dolor, su depresión, le da vueltas en su cabeza a estos pensamientos y no los puede soltar, no puede salir de ahí, está concentrada en la depresión”.
Mientras que el hombre “tiene arranques de mal humor, ejecuta un mecanismo de defensa que se llama ‘el desplazamiento’, tira puñetazos a las paredes, patadas al basurero, todo lo critica, y más que triste lo perciben gruñón e irritante”.
Mackay cita las investigaciones realizadas por el psicoterapeuta estadounidense Jed Diamond, quien señala que siete de cada diez hombres que atraviesan por una depresión padecen el síndrome del hombre irritable (SHI), que es la forma en que se enmascara muchas veces una condición depresiva.
“El síndrome del hombre irritable se potencia en culturas como la latinoamericana, donde los hombres no expresan sus emociones porque se considera un signo de debilidad, por lo tanto no habla sobre cómo se siente, porque culturalmente es un asunto de las mujeres, no de los hombres. Ellos no pueden decir que se sienten débiles, tristes, con desesperanza, entonces sobreúsan la única emoción que se asocia a la masculinidad, que es la ira y el enojo”, acota Mackay.
La especialista también destaca que en Honduras, según las estadísticas, los hombres se suicidan más, pero son las mujeres las que realizan más intentos suicidas.
Y agrega que por lo menos ocho de diez casos de trastornos depresivos y trastornos bipolares tienen su causa en la historia de vida, “personas que han experimentado cosas tremendas en el pasado inmediato o lejano y que no han podido sobrellevar”.
La psicóloga señala que en 2023 se están viviendo los efectos de la pandemia, como las personas depresivas por la pérdida de un ser querido del que no pudieron despedirse por los protocolos establecidos ante el covid-19.
Ante un cambio en su estado de ánimo que le impide reconocerse a sí mismo, que le incapacita en su rutina diaria, que cambia su forma de ver la vida, de pensar y percibir su entorno, busque ayuda profesional.
Las depresiones no se curan con el tiempo, tampoco se sobrellevan tomándose un café mientras platica con su amigo o amiga. Las depresiones deben ser tratadas por los profesionales correspondientes.
