TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La músicoterapia, un enfoque terapéutico que utiliza la música como herramienta principal, ha demostrado ser una poderosa aliada en el tratamiento del autismo.
Su capacidad para estimular la comunicación, fomentar la interacción social y promover el desarrollo emocional la convierte en una opción invaluable para mejorar la calidad de vida de las personas con esta condición. “Un corazón alegre hace muy bien como sanador”, reza un antiguo aforismo, y esta máxima es perfectamente aplicable al principio de la músicoterapia.
Beneficios de la musicoterapia para personas con autismo
Para aquellos en el espectro autista, la músicoterapia ofrece una vía única de expresión y conexión. He ahí uno de sus más importantes beneficios. La música proporciona un medio no verbal para comunicarse y expresarse.
De esta manera, aquellos con dificultades en el lenguaje encuentran una forma alternativa de comunicar sus pensamientos y emociones de una forma fluida y espontánea. Junto a esto, la estructura y previsibilidad de la música ayudan a reducir la ansiedad y mejorar la regulación emocional.
Las melodías con amplia variación tonal y los temas con armonía rítmica variada tocan fibras en todo ser humano y dependiendo de su combinación, pueden evocar las más profundas emociones de una forma clara y directa. Este aspecto es vital en el éxito de la músicoterapia.
En suma, un estudio del Journal of Music Therapy en 2004 encontró que la intervención musical mejoró en niños y adolescentes con TEA (Trastorno del Espectro Autista) “la memoria verbal, habilidades motoras finas y de percepción, procesamiento sensorial, funcionamiento ejecutivo y el desarrollo del cuerpo calloso, que conecta los hemisferios cerebrale”.
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Cómo funciona la musicoterapia en el tratamiento del autismo
Existen técnicas específicas diseñadas para abordar las necesidades individuales de cada persona. Entre estas se incluyen la improvisación musical, los juegos rítmicos, las canciones con movimientos y hasta las actividades de escucha activa. Un terapeuta con discernimiento puede adaptar estas actividades según las preferencias, edad y capacidades del paciente, creando un entorno seguro y estimulante para el desarrollo y que por su interactividad, estimula muchas áreas cerebrales, lingüísticas y corporales.
“En las etapas iniciales, se recomienda que un cuidador cercano o de confianza introduzca sonidos agradables y relajantes, como los de la naturaleza o los sonidos suaves de la lluvia. Posteriormente, se puede progresar gradualmente incorporando canciones. Es esencial mantener un enfoque dinámico en el proceso. Si la persona muestra interés en bailar con la música, es crucial brindarle apoyo y alentar esta actividad como parte integral de la terapia”, apunta Emerzón Castillo Cibrián, psicólogo clínico
Según Castillo Cibrián “una combinación de técnicas multisensoriales resulta efectiva”. Se incluyen golpear ritmos, ritmos de palmas y el uso de ayudas visuales para enseñar valores de notas, así como la representación física de las duraciones de las notas, como “bailar” los ritmos de las negras, medias y corcheas.
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Los niños autistas a menudo poseen un buen sentido de la métrica musical y el ritmo, el tempo mismo de una obra musical. Es útil verificar si puede identificar una nota sin un punto de referencia auditivo y si puede tocar de oído. Los terapeutas pueden aprovechar estas habilidades al enseñar música, permitiendo al niño repetir frases musicales sin preocuparse por las notas específicas que está tocando.
Asociar nombres de notas con sonidos puede ser más efectivo como primer paso que asociarlos con símbolos en la partitura. Una vez que reconozca las notas y sus nombres, puede avanzar hacia la lectura de la notación musical con mayor fluidez.
Las ayudas visuales, como tarjetas didácticas, son útiles para enseñar la notación musical.
Seleccionar piezas musicales basadas en los intereses del niño es una excelente estrategia. Por ejemplo, si disfruta una película animada,elegir piezas relacionadas puede aumentar su motivación y compromiso con el aprendizaje musical.
Implementación de la musicoterapia en planes de tratamiento
Cuando se integra la música en forma de terapia en los planes de tratamiento del autismo, se requiere una colaboración estrecha entre terapeutas, educadores y, por supuesto, la familia.
Es importante identificar objetivos claros y medibles, así como establecer una estructura para sesiones regulares y bien definidas. Además, proporcionar capacitación a los cuidadores sobre cómo utilizar la música de manera efectiva en el hogar puede maximizar los beneficios a largo plazo.
En este punto, el especialista advierte sobre la importancia de aplicar las técnicas de enseñanza de manera gradual. “La introducción abrupta de estímulos auditivos o visuales puede causar molestias o generar mal humor en los niños autistas”.
Es esencial considerar su sensibilidad sensorial y adaptar el entorno de aprendizaje para que sea cómodo y acogedor. Esto implica introducir los estímulos de forma progresiva y suave, permitiendo que el niño se adapte gradualmente a ellos sin sentirse abrumado o perturbado.
Consejos para integrar la musicoterapia en la vida diaria
Incorporar la músicoterapia en la vida diaria de las personas con autismo requiere, fundamentalmente, crear un entorno rico y florido en experiencias musicales. Esto puede incluir la reproducción regular de música preferida, la participación en actividades musicales en grupo y la exploración de diferentes instrumentos y estilos musicales.
La clave es fomentar la diversidad y la flexibilidad para adaptarse a las necesidades individuales. Poder acomodar el protocolo a seguir en base a las necesidades específicas del paciente es vital para el éxito de esta terapia.
Una estrategia efectiva implica la creación de listas de reproducción personalizada. Es beneficioso incluir una variedad de géneros y tempos para mantener la experiencia auditiva fresca y estimulante.
“Para integrar la musicoterapia en la vida diaria, el psicólogo Antonio Escobar propone actividades como escuchar música conscientemente, crear música, bailar, incorporar música en la rutina diaria y usarla para el autocuidado, además de participar en sesiones de musicoterapia si se tiene acceso a un profesional”, añade Antonio Escobar, psicólogo clínico.
El futuro de la musicoterapia en el tratamiento del autismo
A medida que avanzamos hacia el futuro, es probable que veamos un mayor reconocimiento y aceptación de la músicoterapia como parte integral del tratamiento del autismo.
La tecnología avanza vertiginosamente y abre las puertas a nuevas formas de usar este tipo de terapias en tratamientos específicos.
Con un enfoque cada vez más centrado en el bienestar holístico y las terapias complementarias, la músicoterapia tiene el potencial de desempeñar un papel aún más significativo en el apoyo a las personas con autismo en su viaje hacia una vida plena y enriquecedora, tanto para ellos como para sus seres queridos.
Mirando hacia el futuro, la integración de la inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de revolucionar la práctica de la musicoterapia. La IA puede ajustar dinámicamente las intervenciones terapéuticas según las respuestas emocionales de una persona en tiempo real. Imagine una sesión de terapia en la que la IA seleccione y adapte la música de manera precisa a las necesidades emocionales del paciente, creando así una experiencia terapéutica altamente personalizada y efectiva. Estas innovaciones están preparadas para transformar el campo de la musicoterapia, desbloqueando su potencial terapéutico completo.
Ahora, vale aclarar que la musicoterapia no puede curar el autismo ni revertir las condiciones congénitas o discapacidades de aprendizaje. Incluso las intervenciones farmacológicas no tienen ese poder. “Sin embargo, la música ofrece algo único: la capacidad de mejorar la comunicación y enriquecer la calidad de vida de estos niños. Además, puede fortalecer sus relaciones familiares y promover una mayor comprensión del mundo que los rodea”, concluye Castillo Cibrián.
