Tegucigalpa, Honduras.- El inicio de año es un momento de reflexión universal, un espacio que permite analizar el pasado y proyectar un mejor futuro.
Para los niños, sin embargo, este concepto puede ser abstracto y, en ocasiones, abrumador, y en este contexto, surge la interrogante: ¿cómo explicarles que los cambios y los nuevos comienzos son esenciales para crecer?
La psicoterapeuta Helen Maradiaga define que “la capacidad de los niños para enfrentar cambios depende en gran medida del acompañamiento emocional que reciben de los adultos significativos en su vida”, además, enfatiza que “cuando se les guía adecuadamente, ellos pueden transformar ese miedo al cambio en curiosidad y entusiasmo”.
La variación, incluso para los adultos, puede generar sentimientos encontrados. Sin embargo, los niños poseen una flexibilidad innata que puede ser moldeada positivamente.
Según Maradiaga, “el cambio también se presenta como una oportunidad para desarrollar habilidades internas como la resiliencia y la creatividad. Si los adultos lo presentan como algo natural y beneficioso, los niños pueden afrontarlo con mayor seguridad”.
Por ejemplo, hablar con ellos sobre las veces que han superado retos, por pequeños que sean, les ayuda a construir una narrativa personal en la que el cambio se percibe como un catalizador de crecimiento, fortaleciendo así su autoestima.
“La resiliencia no es cuestión de evitar los cambios, sino de aprender a navegar a través de ellos con fortaleza e ilusión por lo venidero”, concluyó la entrevistada.
Fomente la resiliencia en casa
Fomentar la resiliencia es un proceso esencial para prepararse frente a los retos y cambios que inevitablemente se enfrentan en la vida. A continuación, algunos aspectos clave que puede implementar para ayudar a los niños a desarrollar esta fortaleza.
- Promueva la autoeficacia: permitir que los niños resuelvan problemas cotidianos por sí mismos les ayuda a desarrollar confianza en sus propias capacidades.
- Fomente la expresión emocional: asegúrese de que los niños sepan que es válido sentir miedo, tristeza o confusión ante un cambio. Validar sus emociones les enseña a manejarlas de manera saludable.
- Forje un entorno seguro: un ambiente familiar donde los niños se sientan escuchados y valorados les proporciona una base sólida para enfrentar desafíos.
- Practique flexibilidad cognitiva: proponga actividades que impliquen adaptarse a nuevas reglas o escenarios para mejorar su capacidad de ajustarse a situaciones cambiantes.
- Enséñeles a pedir ayuda: anime a los niños a identificar adultos de confianza con quienes puedan compartir sus inquietudes para reforzar la idea de que no están solos en momentos difíciles.
- Modele una actitud resiliente: los niños aprenden observando; por eso usted como padre sea un ejemplo al enfrentar sus propios cambios con optimismo y determinación.
Enseñe el valor de las nuevas oportunidades
- Creen una caja de los recuerdos: proporcione a los niños una caja donde puedan guardar objetos que representen momentos importantes del año y revísenla al final para reflexionar sobre lo vivido.
- Llenen un diario de gratitud: ayude a los niños a escribir tres cosas por las que están agradecidos cada semana para fomentar una actitud positiva incluso en circunstancias difíciles.
- Desarrollen nuevas habilidades juntos: proponga aprender nuevas habilidades para empezar a normalizar la idea de explorar lo desconocido y celebrar los logros, por pequeños que sean.