TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En el cálido seno de la familia, donde se forjan los cimientos de nuestro ser, la crianza respetuosa emerge como una vía de entendimiento en un mundo a menudo apático, que no deja de avanzar aceleradamente y en donde los valores tradicionales se entremezclan con nuevas corrientes pedagógicas.
Por tal motivo es imperativo reflexionar sobre las actitudes que, inadvertidamente, podrían desviar el propósito de criar con respeto y empatía a los niños.
El autoritarismo, por ejemplo, sofoca la autonomía del infante, coartando su sentido de responsabilidad y autodeterminación. “Es normal escuchar a las generaciones pasadas decir ‘en mis tiempos‘, porque eran educados bajo una disciplina demasiado estricta e intolerante. Querer replicarlo ahora es un error porque podría desencadenar un efecto rebote”, señaló la psicóloga Helen Maradiaga. Lo mejor es optar por un vínculo a favor del diálogo constante.
Otro cambio que debe hacerse responde a los sentimientos de su hijo y la subestimación de estos, sobre todo si está pequeño; “es importante validar sus emociones con el mismo nivel de respeto que se otorgaría a las de un adulto”, puntualizó la experta.
Considere que cada momento de felicidad, tristeza o frustración es una buena oportunidad para cultivar la empatía y el entendimiento mutuo.
Finalmente, el deseo de proteger a sus hijos de todo mal puede devenir en un exceso que ahogue su libertad y el desarrollo de habilidades esenciales para la vida.
“Los niños necesitan espacio para explorar, fallar y aprender de sus errores, por eso debe hallar el equilibrio entre ofrecer seguridad y permitir la autonomía, confiando en su capacidad para enfrentar desafíos con el apoyo y la guía necesarios”, explicó.
Mejore el vínculo con estos consejos
- Ambiente: el amor incondicional brinda una base sólida sobre la cual los niños pueden construir su autoestima y seguridad emocional. Asegúrese de que sus hijos se sientan valorados por quiénes son, independientemente de sus logros o comportamientos.
- Escucha activa: dedique tiempo a escuchar a sus hijos, validando sus sentimientos y perspectivas, para crear un vínculo de confianza y seguridad que permita comprender sus necesidades.
- Autonomía y confianza: permita que tomen decisiones, de acuerdo a su edad, y experimenten las consecuencias naturales de sus elecciones para fortalecer su confianza y responsabilidad.
- Reconocimiento: celebre los logros y esfuerzos de los niños, en lugar de centrarse únicamente en los errores. El reconocimiento genuino refuerza su comportamiento positivo y los motiva.
- Sea ejemplo: muestre el comportamiento y los valores que desea inculcar, pues así enseña más que cualquier lección verbal. Los hijos aprenden observando e imitando a sus padres.