TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En la actualidad se puede observar -cada vez más- a padres agobiados porque sus hijos rechazan constantemente los nuevos alimentos que quieren incorporar para optimizar su completo desarrollo y se convierten en comedores selectivos.
Los comedores selectivos, más conocidos como “picky eater”, son los niños que presentan un mayor miedo a probar nuevos alimentos y aceptan solamente un pequeño grupo de ellos, es decir, consumen lo que los hace sentir seguros en su zona de confort.
Tal y como la nutricionista Alejandra Solórzano indica, este problema surge en la primera infancia. Entre los dos años y seis años de edad. “Debemos recordar que los niños son exploradores y están conociendo un nuevo mundo cuando les presentamos un alimento nuevo, no hay que asumir que al niño le debe gustar lo que le presentamos en el momento”, expresó.
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No dejar que el niño sienta la textura de la comida con sus manos y continuar alimentándolo cuando ya brinda señales de saciedad son los principales factores que pueden desencadenar este problema. Y aunque según la experta esta es una fase transitoria, algunas de las recomendaciones que puede seguir para poder salir de la situación son: alimentar al niño con paciencia, evitar distracciones como pantallas o juguetes a la hora de merendar, permitir que el niño toque, huela y vea la comida.
Además de exponer entre ocho y diez veces el alimento rechazado y, sobre todo, predicar con el ejemplo y permitir que el infante vea que sus padres comen lo mismo, “sea un modelo a seguir, los niños observan lo que hacen sus padres”, finalizó Solórzano.
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