CIUDAD DE MÉXCIO.- La educación es un bien público global. Sin enseñanza de calidad, inclusiva, equitativa y, sobre todo, digital, América Latina y el Caribe no romperán el ciclo de involución que está dejando rezagados a millones de jóvenes y adultos en los entornos competitivos actuales impulsados por la Cuarta Revolución Industrial.
Esa certidumbre, uno de los ejes de la Cumbre Regional de Talentos en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) 2022 organizada por Huawei en Ciudad de México, cobró aún más relevancia ante los estragos de la pandemia del covid-19.
Pero más allá de ser un escenario impostergable, la digitalización del aprendizaje es decisiva para impulsar el desarrollo y la competitividad de la región.
Ahora, no es la tecnología per se la que puede propiciar un avance regional, sino el accionar de los gobiernos, la capacidad formativa de las instituciones educativas e inclusive la preparación de los cuerpos docentes. Se trata de un cambio inexorable que requiere la formación conjunta de nuevas capacidades.
“Los cambios en nuestra sociedad globalizada son tan acelerados que hacen casi imperceptibles los paradigmas que se están consolidando. Sin embargo, como comunidad académica estamos llamados a analizar dichas transiciones y orientar nuestro quehacer para lograr más que reformas coyunturales, transformaciones sociohumanísticas”, reconoció Omar Mejía Patiño, rector de la Universidad del Tolima, en Ibagué, Colombia, en el panel “Los desafíos de las Universidad en la Cuarta Revolución Industria”, del LAC ICT Talent Summit 2022 celebrado entre el 24 y 25 de noviembre.
Educación 4.0
El aprendizaje digital es la respuesta, pero ¿cuáles son los desafíos?, ¿los centros formativos son fábrica de talentos digitalducación 4.0 es la combinación de enfoques digitales que respaldanes?
En términos generales, la e los nuevos objetivos educativos de la Cuarta Revolución Industrial. Es decir, “la transformación marcada por la convergencia de tecnologías digitales físicas y biológicas, donde la ingeniería genética y las neurotecnologías llegan a impactar en la seguridad geopolítica y los marcos éticos de la humanidad”, apunta Mejía Patiño.
La enseñanza debe superar lo tradicional y avanzar hacia el uso de herramientas digitales, la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos para formar personas altamente competitivas que respondan a las exigencias de este mundo 4.0.
“Debemos repensar y reorientar el quehacer de las universidades, tanto para aprovechar las oportunidades que se han desplegado como para aportar en la búsqueda de soluciones a problemáticas. En ese sentido, también debe ser obligatorio adoptar una innovación educativa que nos conduzca a la armonización de los componentes humanos con los entornos educativos digitales y, para ello, es prioritaria la modernización de modelo enseñanza, aprendizaje e infraestructura física”, agrega.
Es prioritario alinearnos con las demandas del futuro e impulsar el desarrollo de la educación. Sumado a ello, es necesario “fomentar las habilidades blandas y analíticas. Y claro, fortalecer el bienestar universitario en la inclusión y una agenda de desarrollo sostenibles”, agrega.
Docentes de la nueva era
La docencia, por su lado, debe evolucionar en técnicas de enseñanza y adaptarse a la era de la conectividad. Los estudiantes, en lugar de ser “enseñados” pueden adquirir conocimiento de forma autodidacta. La red, en sí misma, ofrece multiciplidad de fuentes de información. Esto, por supuesto, significa un cambio de rol.
“El educador ya no es la autoridad central de conocimiento”, asegura Mejía Patiño. Por tanto, “el docente deberá convertirse en un guía que oriente a los estudiantes por el camino de aprender y desaprender, pero con la obligación de actualizar sus conocimientos de forma permanente”.
De igual forma la didáctica aplicada en clases tendrá que mutar con el fin de propiciar la creatividad en un proceso continuo de aprendizaje. En un plano más local, Mario Lanza Santamaría, vicerrector de Innovación y Desarrollo de la Universidad José Cecilio del Valle (UJCV), concuerda en que se debe repensar la educación en la era digital.
En la región, el cambio generacional ha ido más rápido que la evolución de las técnicas de enseñanza. “La gran mayoría de docentes no solo hondureños, sino latinoamericanos tienen un desfase en las metodologías pedagógicas e inclusive en las estrategias didácticas que permiten potenciar los procesos de aprendizaje. Es urgente que se integre la tecnología”, agrega.
En este contexto, cualquier iniciativa está condenada al fracaso sin un personal bien capacitado que pueda ver cómo la tecnología puede apoyar y beneficiar la enseñanza y el aprendizaje.“En América Latina hubo 100,000 puestos de trabajo relacionados con tecnologías que no se pudieron suplir. Pero nos estamos quejando de falta de oportunidades. Tanto en universidades como en institutos técnicos hay escasez de talento digital”, concluye.
