CIUDAD DE MÉXICO.- La robótica y la Inteligencia Articial (IA) han dejado de ser una idea futurística para revolucionar la economía y los ecosistemas laborales a golpe de innovación. Y Latinoamérica y el Caribe no están exentos de esa silenciosa pero ineludible transición.
Para Arun Sundararajan, profesor de emprendimiento y tecnología en la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés), la región debe apuntar al futuro digital del trabajo: automatización, transición de la ocupación con dignidad, economía de plataformas y la diversificación de talentos vista como una senda a negocios más inteligentes.
Paulatinamente, la forma en que trabajamos cambiará a medida que las máquinas, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial comiencen a hacerse cargo de algunas partes de lo que hacemos.
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“Pero también hay una parte muy importante sobre la automatización, y que no se suele considerar: la tecnología digital está cambiando modelos de negocios de industrias, está creando plataformas y mejorando la actividad económica”, dijo Sundararajan, durante su disertación “El círculo de innovación y mentalidad creativa” en la Cumbre Regional de Talentos en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) 2022 de Huawei, celebrada en Ciudad de México.
De acuerdo con el académico británico, la IA y la robótica tienen un impacto diferente en cada profesión. “Generalmente pensamos que las profesiones de alta experiencia o nivel educativo se libran de la automatización, o bien, las llegamos a comparar con aquellas ocupaciones donde no se requiere mayor conocimiento académico. Sin embargo, se debe evaluar de cerca”, apuntó.
Si el trabajo es físico predecible tiene una probabilidad del 78% de ser automatizado, mientras que si es impredecible corre con un riesgo menor (25%). “Por ejemplo, si alguien se dedica a la limpieza de oficinas o apartamentos, tiene una probabilidad baja de ser automatizado debido a que su labor no es predecible y tiene un alto nivel de complejidad, aunque no requiera un mayor grado educativo”, explica.
Ahora, es imperativo el andamiaje para el acceso a plataformas que faciliten las oportunidades. “En los países de la región no suele haber un balance entre oportunidades económicas y talentos. Si bien un gran número de universidades que crean talentos, no hay vacantes para su desarrollo. Y es lo que pretenden las plataformas: conectar con oportunidades”, asegura.
Según Sundararajan, a fin de cuentas, la conectividad digital no es la barrera más grande sino “la falta de capacidad de las personas para hacer cambios mentales de un trabajo de tiempo completa a la independencia laboral en plataformas”.
En esa línea, el reto latinoamericano no solo es capacitar el talento sino “abrir puerta y tomar ventaja de las plataformas”, concluyó.
La pandemia del covid-19 ha normalizado los modelos híbridos de trabajo e inclusive la adopción total del teletrabajo. Ahora, según Sundararajan, las compañías están abiertas a desterrar el presencialismo y a apostar por equipos diversos. Lo que a la larga impacta positivamente en la innovación y la creatividad.