Motivada por la necesidad de sacar adelante a sus tres hijos, Ana Lizeth Pavón abandonó sus estudios de microbiología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), para dedicarse a la venta de condimentos.
Ahora ella, junto a sus tres hijos, son los encargados de llevar el sabor y sazón a la mesa de miles de familias catrachas.
“Al principio no fue fácil, comencé como revendedora, compraba la materia prima y luego la procesaba. Al tener el producto terminado viajaba a Choluteca, lugar donde comercializaba especias y achiote; también lo hacía en una pequeña mesa que se me había facilitado en la Feria del Agricultor y el Artesano que se desarrolla los viernes y sábados en las cercanías del estadio Nacional”.
Pavón relató que con el paso de los años consiguió un local cerca del puente El Chile y fundó una pequeña empresa a la que llamó La Casa de las Especias, negocio que perdió con las inclemencias del huracán Mitch.
“Quedamos en la ruina, pero gracias a Dios, con la llegada de los trabajadores que iban a construir el puente, y sin visionar quién nos pudiera echar una mano en aquel momento, comencé a vender comida a los encargados de la construcción; con el paso del tiempo logré obtener algunos ingresos y fundé Licuados Arcoíris, empresa con la que obtuve los recursos que invertí para recuperar La Casa de las Especias, fue así como en el año 2000 regresé a este negocio, por el que gracias a Dios nos mantenemos”.
Según comentó, en ese momento comprendió que si quería mantenerse en el mercado era necesario educarse, tecnificarse y capacitarse. Por lo que buscó ayuda en el Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop), “entidad que desde entonces nos acompaña con constantes capacitaciones”.
Exportación
A la fecha, Infop trabaja muy de cerca con esta microempresa que busca la certificación del producto para poder exportarlo.
“Localmente puedo comercializar los productos, pero fuera del territorio nacional necesito una certificación”, dijo Pavón, quien espera comenzar la exportación de chimichurri a finales de 2012.
Pavón dijo que de momento tienen presencia a nivel local, pero que la idea es hacer un estudio de mercado para expandirse, solo que para eso necesitan financiamiento, mismo que debe ir acompañado de la asistencia técnica.
“Aunque aún no incursionamos en las exportaciones, los productos que comercializamos en La Casa de las Especias han trascendido las fronteras a nivel internacional; la horchata, el pozole, el chimichurri y la salsa de ajo han llegado a otros países como Suiza, España y Estados Unidos...no como una exportación, sino que personas que vienen de visita adquieren nuestros productos y los llevan a estos lugares.
Hijos profesionales
Gracias a sus esfuerzos, Ana Pavón logró sacar adelante a sus tres hijos, de los cuales el mayor, con una licenciatura en Administración de Empresas, es quien administra este negocio; el segundo hijo, estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial, maneja la maquinaria de pulverización y los procesos de producción; el tercero cursa el último año de bachillerato en ciencias y letras y colabora con la distribución y empaque del producto.
“Le doy gracias a Dios porque somos una familia muy unida. Cuando se es madre soltera, estar cerca de los hijos es fundamental”, manifestó.
Capacitaciones
Con cierto grado de satisfacción, Ana Pavón expresó no sentirse estancada por haber abandonado sus aspiraciones universitarias.
“A la fecha he recibido tantas capacitaciones que llegué a ser la secretaria a nivel nacional de la Asociación Nacional de Medianos y Pequeños Industriales (ANMPI), lo que me permitió viajar y capacitarme en con expertos alemanes y españoles y eso ha llenado mis expectativas como persona y me llena de pasión”, dijo Pavón.
Siempre le digo a la gente que si va a hacer algo que lo haga con pasión y que lo disfrute, de lo contrario no podrá tener éxito.
Artesanal
De momento los procesos los hacemos en su mayoría de forma artesanal, nos hace falta tecnología, para lograrlo necesitamos apoyo financiero, pero las políticas de los bancos se han vuelto severas y se justifica porque mucha gente ha quedado mal.
En medio de la crisis política que se dio hace unos años en el país (2009), muchos microempresarios fuimos afectados, algunos hasta cerraron sus negocios, mi empresa también fue afectada a tal grado que a la fecha no soy sujeto de crédito, lo que me ha impedido que mi negocio crezca al 100%.
Trabajo en equipo
Con una sonrisa, Ana Pavón dijo que se siente orgullosa de sus tres hijos, ellos han llevado un camino de rectitud, son buenos estudiantes y en el momento de requerirlo somos un equipo de trabajo.
Si es necesario aumentar la producción, las empleadas se van y nosotros continuamos el trabajo.
En La Casa de las Especias puede comprar para el consumo doméstico o al por mayor. Empresas como Delicatesen y algunas polleras de la ciudad consumen el chimichurri que producimos, les agradecemos por creer en nosotros.
Me gusta participar en ferias porque eso ayuda en la promoción del producto.
También nos hace falta un poco de mercadeo, esto es fundamental para potenciar las ventas.