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Activa campaña “Salvemos la Biósfera del Río Plátano” para recuperar La Mosquitia

El plan de acción del ICF junto al gobierno de Honduras, conforman esta campaña para la conservación y controles en la zona de Patrimonio Mundial, esperando generar avances este año 2023 para sacarla de la lista de peligro.
20.09.2023

El gobierno de la República de Honduras a través del Instituto de Conservación Forestal, ICF, bajo el mandato de la presidenta Xiomara Castro, tiene en ejecución la campaña “Salvemos la Biósfera del Río Plátano”, que busca sensibilizar a la población hondureña, con acciones de recuperación, protección y conservación de la zona.

Es una lucha frontal para detener la deforestación de la Biósfera del Río Plátano y poder recuperarla de la lista de Patrimonios de la Humanidad en peligro, zona que también es parte del Corredor Biológico Mesoamericano.

“La Biósfera del Río Plátano, a pesar de ser un área protegida de gran valor ecosistémico, ha presentado un incremento de daños en las últimas décadas, como el avance de la frontera agrícola y ganadera, excesiva infraestructura, narcotráfico, incendios forestales, pesca ilegal, despojo de pueblos indígenas, apertura ilegal de carreteras, extracción de oro mecanizada y delitos en impunidad” asegura el ingeniero Luis Soliz, director del ICF.

Las comunidades locales de La Mosquitia hondureña se han sumado a producir plantas maderables.

El estado y el ICF han implementado un plan estratégico para controlar la tala ilegal, monitoreo satelital, los puestos de control de la Fuerza de Tarea Interinstitucional contra el delito ambiental y la presencia de proyectos como el presidencial “Padre Andrés Tamayo”, que busca frenar la deforestación, conservar la fauna y recuperar las áreas perdidas y generar empleos locales.

Acciones y puestos de control

El presupuesto destinado para el rescate de la biósfera según el director del ICF son 200 millones de lempiras por parte de la Unión Europea y el estado de Honduras, para impulsar las acciones de alertar, educar, sensibilizar e integrar a la población. El plan de conservación, incluye la promoción de sistemas de gestión sostenible agrícolas, prevención y combate de incendios, la protección de micro cuencas, reforestación de áreas degradadas y educación ambiental.

Mientras que, en contención, la instalación de postas de control y operativos de la Fuerza de Tarea Interinstitucional contra el delito ambiental, sistema de alerta temprana de plagas, monitoreo y liberación de vida silvestre, monitoreo por guardarrecursos y la socialización con las comunidades.

El puesto de control de Krausirpi fue creado para vigilar y monitorear los recursos naturales de la zona. Esta aldea es una de las más afectadas por la deforestación representando un 54% del daño total del bosque. Así como las detecciones de incendios forestales, inspecciones y patrullajes, además de denuncias y establecer presencia en sitio; para poder frenar los delitos ambientales. “Uno de los logros del puesto de control de Krausirpi, es frenar la construcción de la carretera desde Krausirpi hasta Wampusirpi. El ICF se encuentra en gestiones y procesos con el objetivo de dejar inhabilitada por completo la carretera y así evitar esta se use para cometer delitos forestales” añade el ingeniero Soliz.

El Programa Nacional de Reforestación ha producido 52,176 plantas maderables para cubrir unas 125 hectáreas de la biósfera.

Conservar la fauna y flora para salvar su biodiversidad

De acuerdo a los sistemas de monitoreo de deforestación en la Biósfera del Río Plátano, el área bajo alerta de deforestación es de 8,708 hectáreas que comprende cerca de 27 aldeas de la biosfera con un total de alertas en 38,708 hectáreas.

El plan de reforestación nacional contiene ocho viveros temporales y uno permanente, con una producción de 25,000 plántulas. En estos viveros se esperan 75,000 plantas que estarán listas a mediados de octubre para su plantación final. Los árboles que se están plantando en promedio mensual son cedro y caoba para sombra de café y en sistemas silvopastoriles. También macuelizo, carreto, roble, jacaranda, Pera, Mangle rojo, blanco y San Juan.

Otro valor ambiental que presenta la zona en su diversidad biológica es que reúne cerca de 1,400 especies como el pichete, danto y jaguar. Al igual que su población de santos, guaras rojas y verdes, oso caballo, venados y chanchos de montes.