El joven volante tuvo que abandonar el cuadro Arrocero a los pocos días de ser anunciado como refuerzo a causa de la ola de delincuencia que impera en el país
La angustia se apoderó del mediocampista hondureño y sus compañeros Fabricio Galindo y Juan Ramón Gómez luego de que recibieran audios vía WhatsApp en donde eran amenazados por delincuentes