Demasiado lento, demasiado aficionado a la fiesta, demasiado cansado: el regreso de
Wayne Rooney a su club de formación, el
Everton, no está convenciendo por ahora.
El jueves, los Toffees tienen un partido importante en la fase de grupos de la Europa League, contra el Lyon, y allí el atacante de 31 años intentará cambiar una tendencia muy preocupante.
La actuación de Rooney el domingo fue el símbolo de este inicio de temporada, continuando con la línea de declive mostrada el pasado curso con el Mánchester United.
En casa del modesto Brighton (1-1), Rooney lo falló casi todo. No estuvo nada rápido en el ataque, técnicamente no pudo conservar el balón y estuvo muy impreciso, dando una pésima imagen.
La experiencia en el puesto de organizador fue corta para él en el United de José Mourinho y Rooney no pudo entonces ser decisivo en el juego de los Red Devils. En el Everton de Ronald Koeman hay otros volantes ofensivos con grandes capacidades, con Gylfi Sigurdsson, Davy Klaassen y Nikola Vlasic.
La actuación de Rooney ante el Brighton fue tan mala que el máximo goleador de la selección de Inglaterra, querido en todo el país, fue abucheado en la parte final del encuentro... antes de mitigar el desastre y acallar el concierto de silbidos al igualar de penal en el minuto 90.
Preguntado por la actuación de Rooney en ese partido, Ronald Koeman intentó ver el aspecto positivo.
'Tirar los penales no es la misión más difícil, pero en ese momento, cuando tu equipo necesita puntos y mantienes la calma, importa la experiencia y la gran clase', defendió el técnico holandés.
- Objetivo de los tabloides -
Rooney ha firmado cuatro tantos en catorce partidos y el Everton vaga por la parte baja de la clasificación de la Premier League (16º).
En Goodison Park, el regreso de Rooney fue recibido como una gran noticia después de 13 años en los que el jugador vistió los colores del Mánchester United. Pero meses después, algunos lamentan que no se priorizara la opción de fichar al francés Olivier Giroud.
Rooney empezó bien la temporada, marcando en las dos primeras jornadas de la Premier League, y luego se apagó. En lugar de en la prensa deportiva, su nombre acaparó más titulares en la prensa amarilla.
El inglés, que anunció su retirada de la selección en agosto después de haber marcado 53 tantos en 119 partidos como internacional, fue detenido cuando conducía cerca de su casa de Cheshire en la noche del 31 de agosto al 1 de septiembre, con una tasa de alcoholemia superior al límite autorizado.
Desde entonces, el jugador fue condenado a dos años de suspensión de permiso de conducir y se ha visto obligado a contar con un chófer para llegar a los entrenamientos del Everton. Sus problemas conyugales con su esposa Coleen también ocupan gran espacio en los tabloides, igual que las fotografías del futbolista cumpliendo con sus horas de trabajo para la comunidad.
Rooney se resiste a considerar su carrera terminada. El que fuera gran ídolo del fútbol inglés, máximo goleador de la selección de los Tres Leones y del Mánchester United, quiere resurgir de sus cenizas para demostrar que todavía tiene fútbol en sus botas.
El jueves, los Toffees tienen un partido importante en la fase de grupos de la Europa League, contra el Lyon, y allí el atacante de 31 años intentará cambiar una tendencia muy preocupante.
La actuación de Rooney el domingo fue el símbolo de este inicio de temporada, continuando con la línea de declive mostrada el pasado curso con el Mánchester United.
En casa del modesto Brighton (1-1), Rooney lo falló casi todo. No estuvo nada rápido en el ataque, técnicamente no pudo conservar el balón y estuvo muy impreciso, dando una pésima imagen.
La experiencia en el puesto de organizador fue corta para él en el United de José Mourinho y Rooney no pudo entonces ser decisivo en el juego de los Red Devils. En el Everton de Ronald Koeman hay otros volantes ofensivos con grandes capacidades, con Gylfi Sigurdsson, Davy Klaassen y Nikola Vlasic.
La actuación de Rooney ante el Brighton fue tan mala que el máximo goleador de la selección de Inglaterra, querido en todo el país, fue abucheado en la parte final del encuentro... antes de mitigar el desastre y acallar el concierto de silbidos al igualar de penal en el minuto 90.
Preguntado por la actuación de Rooney en ese partido, Ronald Koeman intentó ver el aspecto positivo.
'Tirar los penales no es la misión más difícil, pero en ese momento, cuando tu equipo necesita puntos y mantienes la calma, importa la experiencia y la gran clase', defendió el técnico holandés.
- Objetivo de los tabloides -
Rooney ha firmado cuatro tantos en catorce partidos y el Everton vaga por la parte baja de la clasificación de la Premier League (16º).
En Goodison Park, el regreso de Rooney fue recibido como una gran noticia después de 13 años en los que el jugador vistió los colores del Mánchester United. Pero meses después, algunos lamentan que no se priorizara la opción de fichar al francés Olivier Giroud.
Rooney empezó bien la temporada, marcando en las dos primeras jornadas de la Premier League, y luego se apagó. En lugar de en la prensa deportiva, su nombre acaparó más titulares en la prensa amarilla.
El inglés, que anunció su retirada de la selección en agosto después de haber marcado 53 tantos en 119 partidos como internacional, fue detenido cuando conducía cerca de su casa de Cheshire en la noche del 31 de agosto al 1 de septiembre, con una tasa de alcoholemia superior al límite autorizado.
Desde entonces, el jugador fue condenado a dos años de suspensión de permiso de conducir y se ha visto obligado a contar con un chófer para llegar a los entrenamientos del Everton. Sus problemas conyugales con su esposa Coleen también ocupan gran espacio en los tabloides, igual que las fotografías del futbolista cumpliendo con sus horas de trabajo para la comunidad.
Rooney se resiste a considerar su carrera terminada. El que fuera gran ídolo del fútbol inglés, máximo goleador de la selección de los Tres Leones y del Mánchester United, quiere resurgir de sus cenizas para demostrar que todavía tiene fútbol en sus botas.