BUENOS AIRES, ARGENTINA.- Ostenta ser la tierra natal de
Alfredo Di Stéfano,
Diego Maradona, Lionel Messi y de tantas estrellas que colonizaron las grandes ligas.
Dos veces campeón mundial a nivel selección, el país sudamericano infló más su pecho ante la oportunidad de albergar la final más apasionante de la historia a nivel de los clubes en la región.
Triste paradoja: en pocos meses, Mensajes de tiempo, apartado de la selección - de forma temporal - y ahora Argentina también se celebrará en la final de la Copa Libertadores de los clásicos rivales River Plate y Boca Juniors, que se jugará el domingo en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.
'Vamos a jugar la final de la Copa Libertadores de América a 10.000 kilómetros de distancia', lamentó el técnico de River, Marcelo Gallardo. Alguna vez nos vamos a replantear lo que acaba de suceder. Y vamos a recordar esto como una vergüenza total ”.
El cambio de sede se ha convertido luego en varios jugadores de Boca. Fue lo que provocó que los organizadores decidieran posponer, y eventualmente trasladar, el partido de vuelta a Europa. Los equipos empataron 2-2 en la ida.
Lo que sucedió con el 'superclásico del siglo' no fue un hecho aislado. Evidenció el estado de la descomposición del fútbol argentino, que hace unos años convive con la violencia y la desorganización. También ha sido devaluado.
“Es un golpe duro”, admitió el presidente Mauricio Macri en una entrevista con la Associated Press. Hincha de boca visceral, en la cual se realizó el siguiente paso.
Hace un mes, cuando supe que los dos clubes más poderosos del país iban a una primera vez en su historia por el título continental, hubo una euforia desmedida. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) presentó el tema de un éxito propio, una manera de lavar la cara después del fracaso de la Albiceleste en el Mundial de Rusia que llevó un mensaje a un descanso del tiempo seleccionado.
Obsesionado con promover la imagen de Argentina en el mundo, el Macri lo presentó como “una oportunidad de demostrar la madurez y que estamos cambiando, que se puede jugar en la paz”. A partir de 2013, pese a lo que la violencia ha sido erradicada de las canchas de fútbol.
Hasta noviembre de este año 328 personas murieron por este bandera, según una estadística de la ONG Salvemos al Fútbol.
Según un informe reciente de esta organización, desde 2013 “Registramos más agresiones hacia jugadores, árbitros y dirigentes, peleas o agresiones entre equipos de rivales”. Agregó que 'esto nos permite afirmar que la violencia no desaparece sino que se muta en su fisonomía y encuentra nuevos canales para manifestar ... se trata de un problema de índole cultural y no sólo policial'.
El autobús que transporta la planta de Boca fue blanco de una lluvia de piedras y botellas lanzadas por un grupo exacerbado de hinchas de Río ante el pasivo de las fuerzas de seguridad, a pocas cuadras del estadio Monumental. Los jugadores tienen resultados con heridas cortantes, lesiones oculares y problemas respiratorios por gases lacrimógenos aparentemente lanzados por la policía para dispersar a los agresores.
'Hace muchos años existió un problema similar en Inglaterra. Es un deporte. No es un drama. Pero en Argentina estamos muy lejos', opinó Mauricio Pochettino, el técnico argentino del Tottenham. 'Somos un país fantástico, gente fantástica, pero tenemos problemas. Para mi cultura. ¿Cómo lo podemos cambiar? No lo sé'.
Aunque no fue el único ni más grave episodio de violencia en el fútbol de Sudamérica, la Conmebol decretó que Argentina no estaba en condiciones de organizar el evento y lo mudo a la capital española.
Muchos son un negocio millonario detrás de la decisión. Otros apuntan a la pérdida de la influencia de Argentina en el organismo sudamericano a partir del otoño en 2014 de Julio Grondona, mandamás de la AFA durante más de tres años y con mucho poder en el seno de la Conmebol.
Maradona, el ex arquero paraguayo José Luis Chilavert, el defensor brasileño, Dani Alves y su compañero argentino en el PSG.
Aún no se han agotado las 5.000 entradas para cada finalista que salieron a la venta en Argentina, en parte por el costo de viajar a Madrid en un contexto económico adverso pero también por la frustración de sentirse despojados del clásico más importante de todos los tiempos.
'La final de la Libertadores ya no es la misma', sentenció el ex futbolista Juan Román Riquelme, el mejor ídolo en la historia de Boca y ganador de los Libertadores. 'Nos quitaron la final, va a ser el amistoso más caro de la historia'.
Dos veces campeón mundial a nivel selección, el país sudamericano infló más su pecho ante la oportunidad de albergar la final más apasionante de la historia a nivel de los clubes en la región.
Triste paradoja: en pocos meses, Mensajes de tiempo, apartado de la selección - de forma temporal - y ahora Argentina también se celebrará en la final de la Copa Libertadores de los clásicos rivales River Plate y Boca Juniors, que se jugará el domingo en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.
'Vamos a jugar la final de la Copa Libertadores de América a 10.000 kilómetros de distancia', lamentó el técnico de River, Marcelo Gallardo. Alguna vez nos vamos a replantear lo que acaba de suceder. Y vamos a recordar esto como una vergüenza total ”.
El cambio de sede se ha convertido luego en varios jugadores de Boca. Fue lo que provocó que los organizadores decidieran posponer, y eventualmente trasladar, el partido de vuelta a Europa. Los equipos empataron 2-2 en la ida.
Lo que sucedió con el 'superclásico del siglo' no fue un hecho aislado. Evidenció el estado de la descomposición del fútbol argentino, que hace unos años convive con la violencia y la desorganización. También ha sido devaluado.
“Es un golpe duro”, admitió el presidente Mauricio Macri en una entrevista con la Associated Press. Hincha de boca visceral, en la cual se realizó el siguiente paso.
Hace un mes, cuando supe que los dos clubes más poderosos del país iban a una primera vez en su historia por el título continental, hubo una euforia desmedida. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) presentó el tema de un éxito propio, una manera de lavar la cara después del fracaso de la Albiceleste en el Mundial de Rusia que llevó un mensaje a un descanso del tiempo seleccionado.
Obsesionado con promover la imagen de Argentina en el mundo, el Macri lo presentó como “una oportunidad de demostrar la madurez y que estamos cambiando, que se puede jugar en la paz”. A partir de 2013, pese a lo que la violencia ha sido erradicada de las canchas de fútbol.
Hasta noviembre de este año 328 personas murieron por este bandera, según una estadística de la ONG Salvemos al Fútbol.
Según un informe reciente de esta organización, desde 2013 “Registramos más agresiones hacia jugadores, árbitros y dirigentes, peleas o agresiones entre equipos de rivales”. Agregó que 'esto nos permite afirmar que la violencia no desaparece sino que se muta en su fisonomía y encuentra nuevos canales para manifestar ... se trata de un problema de índole cultural y no sólo policial'.
El autobús que transporta la planta de Boca fue blanco de una lluvia de piedras y botellas lanzadas por un grupo exacerbado de hinchas de Río ante el pasivo de las fuerzas de seguridad, a pocas cuadras del estadio Monumental. Los jugadores tienen resultados con heridas cortantes, lesiones oculares y problemas respiratorios por gases lacrimógenos aparentemente lanzados por la policía para dispersar a los agresores.
'Hace muchos años existió un problema similar en Inglaterra. Es un deporte. No es un drama. Pero en Argentina estamos muy lejos', opinó Mauricio Pochettino, el técnico argentino del Tottenham. 'Somos un país fantástico, gente fantástica, pero tenemos problemas. Para mi cultura. ¿Cómo lo podemos cambiar? No lo sé'.
Aunque no fue el único ni más grave episodio de violencia en el fútbol de Sudamérica, la Conmebol decretó que Argentina no estaba en condiciones de organizar el evento y lo mudo a la capital española.
Muchos son un negocio millonario detrás de la decisión. Otros apuntan a la pérdida de la influencia de Argentina en el organismo sudamericano a partir del otoño en 2014 de Julio Grondona, mandamás de la AFA durante más de tres años y con mucho poder en el seno de la Conmebol.
Maradona, el ex arquero paraguayo José Luis Chilavert, el defensor brasileño, Dani Alves y su compañero argentino en el PSG.
Aún no se han agotado las 5.000 entradas para cada finalista que salieron a la venta en Argentina, en parte por el costo de viajar a Madrid en un contexto económico adverso pero también por la frustración de sentirse despojados del clásico más importante de todos los tiempos.
'La final de la Libertadores ya no es la misma', sentenció el ex futbolista Juan Román Riquelme, el mejor ídolo en la historia de Boca y ganador de los Libertadores. 'Nos quitaron la final, va a ser el amistoso más caro de la historia'.