JUTICALPA, OLANCHO.- Si en
Olimpia solo necesitó un par de torneos para inmortalizarse como futbolista, en Juticalpa apenas ha ocupado unos cuantos días para dejar claro su ADN como estratega. “No hay que andar con chiquitas, tengo mentalidad de equipo grande”.
Robert Lima habla como jugaba y dirige como jugaba. El fútbol y los éxitos los lleva en la sangre. “Presionalo arriba, vamos...”, reparte órdenes el DT antes de parar el entrenamiento para dar indicaciones particulares a la Moña Ocampo.
Así quiere a su Canechero:preciso e intenso. Su gen ganador es tan charrúa como el bote de mate que deja ver las banderas de Peñarol y Uruguay.
“Lo he llevado a todos lados, es parte de nuestra cultura, traje mucha yerba. Casi no me dejan pasar en la aduana, me miraron como con 10 kilos y pensaron: ‘¿Trae marihuana o qué’, ja, ja, ja”, confiesa el exdefensa central.
Cambió la melena por la cabellera corta, colgó los botines, agarró la pizarra y llegó a Olancho con la ilusión de empezar a construir una carrera de entrenador tan exitosa como la que tuvo de futbolista...
¿Robert, gracias por atender a Zona.Cuéntenos ¿qué lo motivó a tomar este proyecto?
Primero que nada, volver a Honduras era un desafío muy lindo que estaba allí porque me fui como jugador y nunca tuve la posibilidad de volver ni de paseo. En el campeonato anterior había surgido la posibilidad de llegar a Juticalpa, pero yo estaba trabajando en Peñarol y no podía dejar el equipo en la mitad del torneo. Es un lindo compromiso para hacerme conocido en Honduras porque la gente me conoce como jugador, no me conoce como técnico.
¿Qué ha conocido hasta hoy del equipo?
Es un equipo que venía de hacer buenos torneos y ganó la Copa Presidente con Wilmer Cruz, pero lamentablemente en esta última etapa ha caído. Mirando un poco los vídeos y mirando ahora el posicionamiento de los jugadores, hay un buen plantel. Le comentaba a los muchachos que los más fácil en el fútbol es destruir, pongo 10 atrás y uno arriba, pero lo más difícil es construir el juego y aeso estamos apuntando, a construir el juego desde la línea de fondo. Hay buen pie, pero el jugador tiene que creer en él.
¿Pensó mucho dar el sí para venir a un equipo que pelea descenso?
Es un reto. Yo le dije al presidente que me gusta este tipo de retos y cuando hablé con los muchachos les dije: “Yo vengo con todo, vengo a salir campeón”. No pienso en la tabla de abajo, más allá de que los números dicen fríamente que hay una tabla abajo. Tenemos que ser un equipo que proponga, de propuesta y no de respuesta, que vaya al frente y que no tenga miedo jugar
¿ O sea que este Juticalpa de Robert Lima jugará hacia en frente?
A diferencia de otros equipos en Honduras, mi idea es mostrar algo diferente, no igual que todos. En la primera charla que tuve con los jugadores les dije: “Yo estuve de ese lado, muchachos, pienso cómo ustedes, sé lo que comen, sé cómo piensan los hondureños, sé cómo se cambian, sé lo que piensan de los técnicos enseguida, entonces no hay nada que me pueda sorprender”. Tenemos un modelo de juego y ese modelo no se negocia
¿Esa filosofía es de tenencia de pelota?
Sí, esa filosofía es con un juego de posesión de balón, pelota bien jugada al pie, que seamos intensos, pero no de atrás, los primeros zagueros serán los dos de arriba o el punta. Yo le digo al jugador siempre que se tiene que llevar algo del entrenamiento, no me puedo ir del entrenamiento y decir: “Puta, no me llevo nada”.
En este Juticalpa han trascendido actos de indisciplina, ¿tiene conocimiento de eso?
Las informaciones negativas son las primeras en llegar. Yo no negocio que el jugador venga al entrenamiento a marcar tarjeta de trabajo, porque estamos en el mejor trabajo del mundo, nos pagan por hacer los que nos gusta y hacemos dos horas de entrenamiento cuando los demás trabajan 8 o10.
Ahora, no tiene mucho tiempo para afinar este equipo...
Esas no van a ser las excusas, a mí no me gusta poner excusas de que el tiempo u otra cosa. Para mí lo más importante es que la gente llegue al estadio y se sienta identificada y diga: “Mierda, este equipo no solamente tiene intensidad”. Tenemos que construir un equipo que equipo tenga ADN, una identidad, que a los rivales les cueste y tienen que sufrir. Estoy enfocado las 24 horas al equipo.
¿Qué lo dejará contento al final del torneo?
Primero que nada, salir de la posición en que estamos,tampoco somos boludos, vamos por todo, pero también miramos el descenso de reojo. Hay que posicionar al equipo donde tiene que estar. Yo le dije al presidente: “Si no vamos por el campeonato, es meternos en la liguilla”. No hay que andar con chiquitas. Jugué en equipos grandes,tengo mentalidad de equipo grande y hay que ir al frente, no tengo mentalidad de equipo de ir a sacar un puntito o ir a meterme atrás, no, estoy pensando como grande.
¿Y les quedó claro ese mensaje a sus futbolistas?
Yo le digo a mis jugadores: “Vine al Real Madrid, no vine a Juticalpa, tengo todo”, después que me vayan poniéndolo demás o ver qué falta. Pero yo estoy pensando como que vine al mejor equipo del mundo.
¿Haber tenido una exitosa carrera en Olimpia es un as de cara a este reto?
Tiene una ventaja en relación al respeto, es bueno que uno sea conocido, no venir a Honduras y que no lo conozca nadie. Puedo tener interacción con el jugador o ponerme frente a él y hablarle con temperamento, pero con una respuesta de ida y vuelta, como me gusta. Yo me siento jugador y voy morir jugador.
¿Por qué el cambio de look para esta nueva faceta?
Lo cambié porque es otra faceta, otra personalidad y el pelo era lo primero que tenía que arreglar. La imagen que uno muestra de afuera es importante. Me gusta cuidar mi línea, porque me gusta estar adentro del campo como jugador, en el entrenamiento a veces me meto a trabajar con ellos, entonces tengo que estar bien, no puedo estar con 200 kilos.
Jugó de 1993 a 2008, pero ¿cuándo decide ser entrenador?
Lo primero que hice fue capacitarme, ya cuando estaba terminando mi carrera de jugador, porque me retiré como a los 39 años, dije: “esta ya no da más”. Siendo jugador, me gustaba ordenar, entonces ya lo tenía pensado. Para el futbolista el qué hago después que me retiro es una decisión muy importante. Yo la tenía clara.
¿Qué técnicos lo marcaron?
Fui sacando ideas de cada uno. Gregorio Pérez, que fue el técnico que marcó mi carrera en Peñarol, me marcó. Me gustó mucho que era un tipo que le decía de frente las cosas buenas y malas, que eso al jugador le gusta. También aprendí cosas de Jorge Fossati, de Patón Bauza, que lo tuve en Sporting Cristal, y también tuve a César Luis Menotti. Fueron pequeñas cosas de cada entrenador.
¿Cuáles son sus sueños como entrenador?
Mi sueño como entrenador es llegar a la Selección de mi país, dirigir Peñarol. ¿Y Olimpia? Olimpia puede ser, no le quito el cuerpo a nada. Pero el sueño que tengo ahora es hacer un buen torneo con Juticalpa.
Finalmente, ¿qué es lo que más extraña de su país en esta Navidad?
La familia es lo único, pero cuando uno toma la decisión de ser entrenador o futbolista tenés que andar con la maleta armada y sabés que es así, sos medio indio en ese sentido, tipo nómada porque andás de un lado para otro, entonces tenés que estar preparado
Robert Lima habla como jugaba y dirige como jugaba. El fútbol y los éxitos los lleva en la sangre. “Presionalo arriba, vamos...”, reparte órdenes el DT antes de parar el entrenamiento para dar indicaciones particulares a la Moña Ocampo.
Así quiere a su Canechero:preciso e intenso. Su gen ganador es tan charrúa como el bote de mate que deja ver las banderas de Peñarol y Uruguay.
“Lo he llevado a todos lados, es parte de nuestra cultura, traje mucha yerba. Casi no me dejan pasar en la aduana, me miraron como con 10 kilos y pensaron: ‘¿Trae marihuana o qué’, ja, ja, ja”, confiesa el exdefensa central.
Cambió la melena por la cabellera corta, colgó los botines, agarró la pizarra y llegó a Olancho con la ilusión de empezar a construir una carrera de entrenador tan exitosa como la que tuvo de futbolista...
¿Robert, gracias por atender a Zona.Cuéntenos ¿qué lo motivó a tomar este proyecto?
Primero que nada, volver a Honduras era un desafío muy lindo que estaba allí porque me fui como jugador y nunca tuve la posibilidad de volver ni de paseo. En el campeonato anterior había surgido la posibilidad de llegar a Juticalpa, pero yo estaba trabajando en Peñarol y no podía dejar el equipo en la mitad del torneo. Es un lindo compromiso para hacerme conocido en Honduras porque la gente me conoce como jugador, no me conoce como técnico.
¿Qué ha conocido hasta hoy del equipo?
Es un equipo que venía de hacer buenos torneos y ganó la Copa Presidente con Wilmer Cruz, pero lamentablemente en esta última etapa ha caído. Mirando un poco los vídeos y mirando ahora el posicionamiento de los jugadores, hay un buen plantel. Le comentaba a los muchachos que los más fácil en el fútbol es destruir, pongo 10 atrás y uno arriba, pero lo más difícil es construir el juego y aeso estamos apuntando, a construir el juego desde la línea de fondo. Hay buen pie, pero el jugador tiene que creer en él.
¿Pensó mucho dar el sí para venir a un equipo que pelea descenso?
Es un reto. Yo le dije al presidente que me gusta este tipo de retos y cuando hablé con los muchachos les dije: “Yo vengo con todo, vengo a salir campeón”. No pienso en la tabla de abajo, más allá de que los números dicen fríamente que hay una tabla abajo. Tenemos que ser un equipo que proponga, de propuesta y no de respuesta, que vaya al frente y que no tenga miedo jugar
¿ O sea que este Juticalpa de Robert Lima jugará hacia en frente?
A diferencia de otros equipos en Honduras, mi idea es mostrar algo diferente, no igual que todos. En la primera charla que tuve con los jugadores les dije: “Yo estuve de ese lado, muchachos, pienso cómo ustedes, sé lo que comen, sé cómo piensan los hondureños, sé cómo se cambian, sé lo que piensan de los técnicos enseguida, entonces no hay nada que me pueda sorprender”. Tenemos un modelo de juego y ese modelo no se negocia
¿Esa filosofía es de tenencia de pelota?
Sí, esa filosofía es con un juego de posesión de balón, pelota bien jugada al pie, que seamos intensos, pero no de atrás, los primeros zagueros serán los dos de arriba o el punta. Yo le digo al jugador siempre que se tiene que llevar algo del entrenamiento, no me puedo ir del entrenamiento y decir: “Puta, no me llevo nada”.
En este Juticalpa han trascendido actos de indisciplina, ¿tiene conocimiento de eso?
Las informaciones negativas son las primeras en llegar. Yo no negocio que el jugador venga al entrenamiento a marcar tarjeta de trabajo, porque estamos en el mejor trabajo del mundo, nos pagan por hacer los que nos gusta y hacemos dos horas de entrenamiento cuando los demás trabajan 8 o10.
Ahora, no tiene mucho tiempo para afinar este equipo...
Esas no van a ser las excusas, a mí no me gusta poner excusas de que el tiempo u otra cosa. Para mí lo más importante es que la gente llegue al estadio y se sienta identificada y diga: “Mierda, este equipo no solamente tiene intensidad”. Tenemos que construir un equipo que equipo tenga ADN, una identidad, que a los rivales les cueste y tienen que sufrir. Estoy enfocado las 24 horas al equipo.
¿Qué lo dejará contento al final del torneo?
Primero que nada, salir de la posición en que estamos,tampoco somos boludos, vamos por todo, pero también miramos el descenso de reojo. Hay que posicionar al equipo donde tiene que estar. Yo le dije al presidente: “Si no vamos por el campeonato, es meternos en la liguilla”. No hay que andar con chiquitas. Jugué en equipos grandes,tengo mentalidad de equipo grande y hay que ir al frente, no tengo mentalidad de equipo de ir a sacar un puntito o ir a meterme atrás, no, estoy pensando como grande.
¿Y les quedó claro ese mensaje a sus futbolistas?
Yo le digo a mis jugadores: “Vine al Real Madrid, no vine a Juticalpa, tengo todo”, después que me vayan poniéndolo demás o ver qué falta. Pero yo estoy pensando como que vine al mejor equipo del mundo.
¿Haber tenido una exitosa carrera en Olimpia es un as de cara a este reto?
Tiene una ventaja en relación al respeto, es bueno que uno sea conocido, no venir a Honduras y que no lo conozca nadie. Puedo tener interacción con el jugador o ponerme frente a él y hablarle con temperamento, pero con una respuesta de ida y vuelta, como me gusta. Yo me siento jugador y voy morir jugador.
¿Por qué el cambio de look para esta nueva faceta?
Lo cambié porque es otra faceta, otra personalidad y el pelo era lo primero que tenía que arreglar. La imagen que uno muestra de afuera es importante. Me gusta cuidar mi línea, porque me gusta estar adentro del campo como jugador, en el entrenamiento a veces me meto a trabajar con ellos, entonces tengo que estar bien, no puedo estar con 200 kilos.
Jugó de 1993 a 2008, pero ¿cuándo decide ser entrenador?
Lo primero que hice fue capacitarme, ya cuando estaba terminando mi carrera de jugador, porque me retiré como a los 39 años, dije: “esta ya no da más”. Siendo jugador, me gustaba ordenar, entonces ya lo tenía pensado. Para el futbolista el qué hago después que me retiro es una decisión muy importante. Yo la tenía clara.
¿Qué técnicos lo marcaron?
Fui sacando ideas de cada uno. Gregorio Pérez, que fue el técnico que marcó mi carrera en Peñarol, me marcó. Me gustó mucho que era un tipo que le decía de frente las cosas buenas y malas, que eso al jugador le gusta. También aprendí cosas de Jorge Fossati, de Patón Bauza, que lo tuve en Sporting Cristal, y también tuve a César Luis Menotti. Fueron pequeñas cosas de cada entrenador.
¿Cuáles son sus sueños como entrenador?
Mi sueño como entrenador es llegar a la Selección de mi país, dirigir Peñarol. ¿Y Olimpia? Olimpia puede ser, no le quito el cuerpo a nada. Pero el sueño que tengo ahora es hacer un buen torneo con Juticalpa.
Finalmente, ¿qué es lo que más extraña de su país en esta Navidad?
La familia es lo único, pero cuando uno toma la decisión de ser entrenador o futbolista tenés que andar con la maleta armada y sabés que es así, sos medio indio en ese sentido, tipo nómada porque andás de un lado para otro, entonces tenés que estar preparado