BUENOS AIRES, ARGENTINA. -La práctica de
Gimnasia de Jujuy, club de la segunda división del fútbol argentino, fue interrumpida este miércoles por dos desconocidos que dispararon con una pistola tiros al aire y le exigieron a los futbolistas ganar el próximo partido para evitar un descenso de categoría.
El violento suceso, confirmado por los propios afectados, tuvo lugar durante el entrenamiento matutino en el predio de Gimnasia, equipo oriundo de la provincia de Jujuy, a unos 1,500 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
El vicepresidente de Gimnasia Fernando Yécora relató a medios locales que dos personas a bordo de una motocicleta “con cascos puestos, con camperas para que no se los identifique, hicieron tres disparos al aire. Gritaron ‘pongan huevos, hay que ganar el domingo’ y se fueron”.
“Estábamos entrenando. Escuchábamos una moto, creíamos que eran ruido de las motos comunes. Después vimos que no era tan sí”, comentó por su parte el técnico Carlos Morales Santos. “Seguimos haciendo fútbol normal, sabemos que no es normal esto pero por ahí se hace normal en este país”, agregó el estratega en referencia a que episodios de esta clase son moneda corriente en el fútbol argentino cuando un equipo no pasa por el mejor momento.
El “Lobo” jujeño ocupa la 16ta posición del torneo de la segunda división con 23 puntos. No sólo está lejos de los puestos que garantizan una plaza para el ascenso a la máxima categoría sino que también podría descender a tercera división si no suma puntos en lo que resta del campeonato.
El incidente fue denunciado a la policía, pero los responsables de los disparos no fueron identificados ni detenidos.
“Deberían entender que esto es solamente un partido de fútbol y no una situación de vida o muerte”, lamentó el directivo Yécora. “Hicieron esto para amedrentar y amenazar a los jugadores. Son inadaptados. Creo que tenemos que poner paños fríos en este momento...Hablamos de un deporte y no de algo de vida o muerte”.
A principios de esta semana, San Lorenzo vivió un episodio similar cuando medio centenar de fanáticos ingresaron al club para manifestarles a los jugadores su descontento tras la derrota 3-0 ante Boca Juniors en el clásico del último domingo por la superliga. En este caso no hubo disparos y los reproches no pasaron a mayores.
El violento suceso, confirmado por los propios afectados, tuvo lugar durante el entrenamiento matutino en el predio de Gimnasia, equipo oriundo de la provincia de Jujuy, a unos 1,500 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
El vicepresidente de Gimnasia Fernando Yécora relató a medios locales que dos personas a bordo de una motocicleta “con cascos puestos, con camperas para que no se los identifique, hicieron tres disparos al aire. Gritaron ‘pongan huevos, hay que ganar el domingo’ y se fueron”.
“Estábamos entrenando. Escuchábamos una moto, creíamos que eran ruido de las motos comunes. Después vimos que no era tan sí”, comentó por su parte el técnico Carlos Morales Santos. “Seguimos haciendo fútbol normal, sabemos que no es normal esto pero por ahí se hace normal en este país”, agregó el estratega en referencia a que episodios de esta clase son moneda corriente en el fútbol argentino cuando un equipo no pasa por el mejor momento.
El “Lobo” jujeño ocupa la 16ta posición del torneo de la segunda división con 23 puntos. No sólo está lejos de los puestos que garantizan una plaza para el ascenso a la máxima categoría sino que también podría descender a tercera división si no suma puntos en lo que resta del campeonato.
El incidente fue denunciado a la policía, pero los responsables de los disparos no fueron identificados ni detenidos.
“Deberían entender que esto es solamente un partido de fútbol y no una situación de vida o muerte”, lamentó el directivo Yécora. “Hicieron esto para amedrentar y amenazar a los jugadores. Son inadaptados. Creo que tenemos que poner paños fríos en este momento...Hablamos de un deporte y no de algo de vida o muerte”.
A principios de esta semana, San Lorenzo vivió un episodio similar cuando medio centenar de fanáticos ingresaron al club para manifestarles a los jugadores su descontento tras la derrota 3-0 ante Boca Juniors en el clásico del último domingo por la superliga. En este caso no hubo disparos y los reproches no pasaron a mayores.
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