El expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) había sido sentenciado por la jueza Chen el 22 de agosto de 2018 a cuatro años de cárcel, tras un juicio de siete semanas en el cual fue hallado culpable de aceptar millonarios sobornos en el marco del FIFAgate, el escándalo de corrupción en la FIFA.
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Su liberación fue luego fijada para el 9 de diciembre de 2020, según el sitio web de la oficina federal de prisiones de Estados Unidos.
A raíz de 'su avanzada edad, su salud significativamente deteriorada, un riesgo elevado de nefastas consecuencias sanitarias debido al brote de covid-19, su estatus como un criminal no violento y el cumplimiento de 80% de su pena', Chen aceptó la moción para liberarlo ocho meses antes de la fecha prevista, como pedían sus abogados, indicaron los documentos presentados por la jueza.
Marín, exgobernador del poderoso estado de Sao Paulo, fue el primer gran jefe del fútbol mundial en ser condenado y encarcelado en Estados Unidos en el marco del FIFAgate. Cumplía su sentencia en la prisión de baja seguridad FCI Allenwood, en Pensilvania, que aloja a 1.300 presos.
Al sentenciarlo, Chen lo comparó con 'un cáncer' que carcomió el deporte más popular del planeta.
Un jurado de Nueva York lo halló culpable de aceptar 6,6 millones de dólares en sobornos junto a su número dos, Marco Polo del Nero, a cambio de contratos de televisación de la Copa América, la Copa Libertadores y la Copa de Brasil.
Al escuchar su sentencia, Marin rompió en llanto y se agitó terriblemente.
'Puedo morir en la cárcel (...) ¡La herencia de mi mujer y de mi familia, no les quiten sus medios para sobrevivir!', urgió. 'Estoy muy enfermo (...) Ya soy un hombre sin futuro', dijo hace un año y medio.
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