Esta derrota, que llegó tras un penal cometido por el arquero brasileño Alisson y que transformó Ashley Barnes en el tramo final del encuentro (83), deja a los 'Reds' en la 4ª plaza de la clasificación, a 6 puntos del líder Manchester United.
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Manchester City y Leicester, segundo y tercero con 38 puntos, también están por delante del Liverpool, que suma solo 34 unidades.
Pero lo peor para los 'Reds' es que esta derrota no hace más que revelar que el equipo de Jürgen Klopp, vigente campeón inglés, está en crisis de resultados y ya son cinco jornadas sin ganar (dos derrotas y tres empates).
Y son ya cuatro partidos consecutivos sin marcar un solo gol. Ningún otro equipo del fútbol inglés ha pasado por un periodo de sequía como este durante la presente temporada.
'Siempre hay la posibilidad de perder un partido y eso es lo que ha pasado. Es mi culpa', admitió tras el partido el técnico del Liverpool Jürgen Klopp al canal Sky Sports.
'Mi trabajo es hacer que los chicos tengan un buen 'feeling', la dosis de confianza que hace falta, que adopten las buenas decisiones, ese tipo de cosas, y manifiestamente no ha sido el caso esta noche', añadió.
'Tuvimos mucho la pelota y algunas ocasiones, pero en los momentos decisivos, nuestra toma de decisiones no fue tan buena. Ese es nuestro problema', explicó el técnico germano.
'Ha sido un puñetazo en la cara', concluyó.
Y el próximo domingo el Liverpool visitará Old Trafford, aunque el encuentro frente al Manchester United corresponde a la cuarta ronda de la FA Cup. El próximo partido de la Premier será contra el Tottenham de José Mourinho.
Sin perder desde el 23 de abril de 2017
El último equipo de la Premier League que se había llevado los tres puntos de Anfield fue el Crystal Palace (2-1) el 23 de abril de 2017.A partir de ese momento, y hasta este jueves, el Liverpool encadenó 55 victorias y 13 empates, una racha, no obstante, que está lejos del récord en el fútbol inglés, que tiene el Chelsea con 86 partidos.
Para este partido, ante un equipo que pelea por evitar el descenso (16º con 19 puntos), Klopp hizo rotaciones, con Roberto Firmino y Mohamed Salah en el banco, sustituidos por Divock Origi y Alex Oxlade-Chamberlain, con el suizo Xerdan Shaqiri también en el once titular en la mediapunta.
Pero a la hora de juego, Firmino y Salah saltaron a la cancha, una especia de reconocimiento de Klopp que el plan B no había funcionado, pese a que Origi tuvo la mejor ocasión de la primera parte, con un disparo a la madera justo antes de la pausa (44).
El arquero internacional Nick Pope también protagonizó varias atajadas de merito en la segunda parte, a disparo de Trent Alexander-Arnold (51) y de Salah (60).
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Firmino, con un remate de taco, estuvo cerca de empatar en el último minuto (89), pero el Liverpool volvió a demostrar que está lejos de ser el equipo que dominó a placer el campeonato la temporada pasada.