El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó este doble atentado a través de la agencia de propaganda de la organización, Amaq.
Los talibanes habían negado anteriormente cualquier implicación en un mensaje de su portavoz, Zabiulá Mudjahid, a través de la aplicación de mensajería WhatsApp.
La primera explosión se produjo hacia las 6:00 de la tarde (hora local), en el barrio chiita de Dashti Barshy, en el oeste de la capital, según un portavoz del ministerio de Interior, Najib Danish.
'Según nuestras informaciones la explosión fue perpetrada por un kamikaze', indicó a la AFP el portavoz de la policía, Hashmat Stanikzai. El atacante hizo estallar su carga explosiva en el interior del club deportivo Maiwand Club, donde se entrenaban atletas de lucha.
El responsable del club deportivo, Pahlawan Shir, indicó a la AFP que el atacante 'mató a los guardias a la entrada del club deportivo antes de activar su carga explosiva'.
Un hora después del primer ataque, un coche cargado de explosivos estalló cerca de la escena donde se hallaban periodistas y fuerzas de seguridad.
'La segunda explosión se produjo a la entrada del Maiwand Club', precisó el portavoz del ministerio de Interior, Danish.
En ese momento, 'había fuerzas de seguridad, multitud de gente y periodistas' en el lugar, indicó Stanikzai. Según él, 'murieron periodistas y otros resultaron heridos'.
La cadena de televisión afgana ToloNews confirmó la muerte de dos de sus periodistas: un reportero, Samim Faramarz, de 28 años, y un cámara, Ramiz Ahmadi, de 23 años. Según un centro de apoyo a los medios de comunicación afganos, otros cuatro periodistas resultaron heridos.
'Samim y Ramiz eran grandes periodistas, entregados al futuro del país. Tenían grandes sueños para su futuro', declaró Lotfulá Najafizada, director de ToloNews, en un comunicado.
'Representaban lo mejor que hay en Afganistán. Eran jóvenes, valientes y atentos. Desafiaban y superaban fronteras para informar todos los días a millones de afganos', declaró Saad Mohseni, presidente y director general del grupo MOBY, propietario de ToloNews.
En un comunicado, el presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó 'con la mayor firmeza estos atentados terroristas'.
13 periodistas muertos
Trece periodistas murieron en el ejercicio de su profesión desde principios de año en Afganistán. Nueve fallecieron durante condiciones similares en mayo, durante un doble atentado en Kabul, reivindicado por el EI, en el que murió especialmente el jefe de fotografía de la AFP en Afganistán, Shah Marai. Otros dos periodistas murieron en Kandahar (sur) y en Khost (este).
El último atentado contra la comunidad chiita en Kabul se produjo el 15 de agosto en un centro de preparación para los exámenes de acceso a la universidad, en el que murieron 37 personas. El grupo EI reivindicó el ataque.
El atentado del miércoles llega al día siguiente de que los talibanes anunciaran la muerte de Jalaludin Haqqani, fundador de la red insurgente del mismo nombre, aliado de los talibanes y acusado estos últimos años de numerosos atentados suicidas que causaron cientos de víctimas civiles en Afganistán.
Según los talibanes, Haqqani murió luego de una larga enfermedad. La red insurgente está desde hace varios años dirigida por su hijo Sirajudin. Analistas y diplomáticos consideran que su muerte no tendría demasiado impacto en las actividades de la red y que los atentados van a continuar.
El miércoles la policía había detenido además a 11 miembros de la red Haqqani que tenían explosivos y planeaban cometer un atentado, según los servicios de inteligencia afganos.
El doble atentado del miércoles se produce cuando Estados Unidos acaba de anunciar el nombramiento del diplomático de origen afgano, Zalmay Jalilzad, a la cabeza de los esfuerzos estadounidenses por restablecer la paz en Afganistán.
Figura de la diplomacia estadounidense y del bando neoconservador bajo el presidente George W. Bush, Zalmay Jalilzad fue embajador en Kabul, en Bagdad y en Naciones Unidas.
Estados Unidos, involucrado desde hace 17 años en la guerra en Afganistán, intensificó estos últimos meses sus esfuerzos diplomáticos para llevar a los talibanes a negociar.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, efectuó el miércoles una breve visita a Pakistán para intentar reactivar las muy conflictivas relaciones diplomáticas e intentar convencer a Islamabad de participar en los esfuerzos de paz en Afganistán, en los que Washington considera que puede ejercer un papel clave.