La H, que sorprendió con la alineación de sus hombres en punta ( Bryan Moya y Rigoberto Rivas), se posicionó bien dentro del rectángulo de juego, lo que le permitió gestar la primera jugada de peligro del encuentro, apenas en los primeros instantes.
Otro de los puntos capitales fue la intensidad y decisión con la que el equipo se aproximó a la portería rival gracias al coraje y, también, a la técnica que mostró Moya, quien erró al menos cuatro jugadas personales con las que pudo establecer una ventaja para la cinco estrellas.
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Las marcas, bien ajustadas, de Deiby Flores y Kervin Arriaga, permitieron tener un control de la zona central, acompañado con la proyección ofensiva de Edwin Rodríguez, así como sus disparos a distancia que, por falta de eficacia, no terminaron en gol tras ser vomitados por el arquero norteamericano.
No obstante, uno de los puntos más débiles de Honduras fue la defensa que si no fuese por la marca escalonada no hubiese podido con la individualidad de Alphonso Davies, estrella del Bayern Múnich alemán que se filtró por su línea en varias ocasiones sin ningún tipo de problema.
Andy Nájar y Maynor Figueroa fueron los hombres que se mostraron más lentos ante el poderío ofensivo canadiense, situación que llevó al capitán Figueroa a cometer un penal que acabó en el gol de la paridad, una acción que se está convirtiendo en frecuente.
Pese a esas situaciones, la personalidad con la que jugó Honduras ilusiona con que se puede obtener una victoria el próximo domingo ante El Salvador en el Estadio Cuscatlán de San Salvador por la fecha dos del octagonal de Concacaf.
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