Barcelona se preguntaba el miércoles si ha comenzado la declinación de uno de los equipos de fútbol más grandes en la historia del deporte.
Después de ganar la Liga de Campeones en dos de los tres últimos años, el Barcelona fue eliminado el martes de la máxima competencia europea de clubes tras empatar 2-2 con un Chelsea con un hombre menos, en el partido semifinal de vuelta. Chelsea había ganado el de ida 1-0.
Aunque el Barça exhibió sus mejores atributos de posesión de la pelota, toques, pases cortos y llegadas al arco rival, el club no logró anotar los goles suficientes como para volver a disputar la final del torneo.
Y, quizás todavía peor, la eliminación sobreviene cuatro días después de perder 2-1 con el Real Madrid en un resultado que prácticamente deja a Barcelona fuera de la disputa del título de la liga, que su archirrival poco menos que se aseguró.
Mientras el futuro del director técnico Pep Guardiola será determinado en los próximos días, el periódico La Vanguardia resume el ambiente en la capital catalana: 'Funeral en el Camp Nou'.
La mayoría de los medios destacó el juego vistoso de Barcelona y El Mundo Deportivo fue uno de los que consideraron 'injusto' el resultado. Pero los futbolistas del Chelsea no lo vieron así después de jugar durante más de 50 minutos con diez hombres tras la expulsión de John Terry.
'Vinimos aquí y anotamos goles, y en el partido de ida también anotamos', recordó el delantero Didier Drogba del equipo inglés. 'Sin ser arrogantes, merecimos ganar'.
La semana resultó miserable para su superastro, el argentino Lionel Messi, proclamado el mejor futbolista del mundo en los tres últimos años.
Messi no pudo convertir un penal cuando Barcelona ganaba 2-1, que habría significado la clasificación de su equipo. Messi no anotó contra el Real Madrid ni en los dos partidos con Chelsea. En suma, Barcelona no logró ganar en tres partidos consecutivos por primera vez desde 2009, y el último consuelo que le queda es la final de la Copa del Rey el mes próximo contra Athletic Bilbao.
Pero esa copa será magro consuelo para un equipo que bajo la conducción de Guardiola ha conquistado trece títulos.
'No puedo decir ahora lo que siento. Trato de pensar en qué puedo decir o lo que hicimos mal para no llegar a la final y no se me ocurre nada', dijo Guardiola. 'Desde el primer día he transmitido este tema de que 'Hay que salir a atacar, atacar, atacar', y hay momentos en que no sabemos cuándo hacer una pausa. Quizás sea una lección para el futuro. Tenemos que hallar el modo de atacar mejor'.
Guardiola por cierto extrañó al lesionado delantero David Villa, pero también dejó en el banco a Daniel Alves y Pedro Rodríguez. Alves reemplazó a Gerard Piqué solamente después que el defensor salió lesionado en la mitad del primer tiempo.
El técnico ha preferido recientemente a los jóvenes aleros Isaac Cuenca y Cristián Tello sobre sus jugadores más experimentados, mientras el equipo sigue teniendo dificultades para superar defensas que acumulan jugadores en su propia área, como hizo el Inter de Milán hace dos años para negarle al Barcelona llegar a la final.
Aunque Barcelona tuvo el 72% de posesión, sus 22 remates del martes son demasiados frente a los que realmente fueron al arco: cinco, en comparación con tres de Chelsea. Barcelona remató 46 veces en los partidos de ida y vuelta con solamente nueve dirigidos al arco, mientras que Chelsea avanzó por una suma de goles de 3-2 después de aprovechar mejor sus cuatro disparos al arco en toda la serie.