“Primero estaban como bravucones y, cuando le hice esa acción, Vidrio me quedó viendo como queriendo decir: ‘sí están al nivel de nosotros’. Ese gol los mató”, cuenta Christian Santamaría al rememorar aquel 4-0 del 19 de enero de 2001 en Los Ángeles Memorial Coliseum.
Allí estuvo él con una inhabitual camisa número “3” en su espalda. El exvolante de buen pie era uno de los referentes de aquel equipo de Edwin Pavón, que hace casi 20 años firmó una gesta en la última semifinal que había disputado Olimpia hasta antes de la mañana ante Tigres.
“Me acuerdo que en la previa del juego contra Toluca nos decían que solo íbamos a pasear. Aunque teníamos un gran equipo y nos la creíamos, por dentro estaba la presión de que enfrentábamos a un equipo mejor. Ya en la semifinal fue distinto porque ya llegábamos con la mentalidad de que ‘somos el Olimpia, sí podemos y ya sacamos a un grande’. A Pachuca, aunque jugaba mejor que Toluca, no lo mirábamos tan potente físicamente”, relata Christian desde su natal Tela.
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¿Qué les dijo Pavón?
El hoy aspirante a diputado tiene en su retina pasajes del antes, el durante y el después del encuentro ante la escuadra de Javier el Vasco Aguirre.Como casi siempre, compartió habitación con su amigo José Luis el Flaco Pineda y allí las charlas iban encaminadas a la motivación; “decíamos: vamos a demostrarles que estamos al nivel de ellos porque muchos de nosotros teníamos la idea de salir al extranjero”.
Han pasado prácticamente dos décadas, pero Santamaría no borra de su mente una frase del extinto Filósofo.
“Edwin Pavón y yo no éramos tan amigos. Yo no estaba de acuerdo con su forma de jugar; creo que él me retaba y yo trataba de demostrarle que Olimpia era más grande que solo salir a defender. Teníamos conceptos distintos, pero esa vez recuerdo que dijo: ‘Estamos a punto de tocar el cielo, no tengan miedo, vamos a tocar el cielo con las manos’”, confiesa.
A pesar de que no estaba de acuerdo con la forma de juego de Pavón, “ese Olimpia era como un equipo italiano; uno dice que los italianos solo saben defenderse, pero una vez que te pasan con el balón el mediocampo te hacen goles y todo lo que se les ocurre”.
Y es que, recuerda, “estábamos todos defendiendo, pero teníamos seis o siete jugadores que éramos fuera de serie en ese momento”.
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Victorino los ninguneó
Habiendo sido una noche histórica para Olimpia y Honduras, hay muchos detalles que simplemente no se pueden olvidar.“A Cesáreo Victorino, quien era la estrella de ellos, lo choqué, le quité la pelota y no le gustó. Me dijo: ‘Ustedes que tanto pelean y no ven que con solo lo que yo gano les pagamos toda la planilla’.
Era la realidad, quizá ganaba 70 u 80 mil dólares al mes. Yo le dije: ‘Tenés razón, pero lo único es que de aquí te vas a ir perdiendo’. Después le cayeron los otros dos goles”, comparte Christian.
A diferencia de aquel experimentado Olimpia de Pavón, este León de Troglio combina experiencia con juventud.
“Pero estos partidos son los que hacen a los jugadores. Aunque los perdás, te dejan experiencia”, sentencia. ¿Pero hay posibilidades para Olimpia de dar el batacazo?
“Yo le miro pocas, pero dentro de la cancha todo se va emparejando. Hay jugadores de Olimpia que si les das 30 metros para correr no los va a poder alcanzar. Sí creo que tiene opción Olimpia porque Tigres se va a sentir el gran favorito y allí es donde los jugadores albos tienen que decir: ‘Hoy marco y me veo como equipo chico, pero cuando tengo el balón juego como grande”, cerró Santamaría.
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