No hay más palabras que decir. La historia de Deybi Flores no merece preámbulos. Es una entrevista que no te podés perder. El jugador del Vancouver Whitecaps nos cuenta en esta nota parte de su vida. Ejemplo de superación.
Tu contrato ya se vence después que finalizó la temporada para el Whitecaps. ¿Cuál será tu futuro?
Vine a préstamo por un año, he tenido participación, el profe ha confiado en mí, está contento conmigo y si es por él continúo aquí, pero eso lo van a decidir Whitecaps y Motagua. Ya están platicando sobre eso y espero que antes de regresar a Honduras se concrete.
¿Cómo sentiste el cambio de estar jugando en Honduras y luego a una liga como la MLS?
En el fútbol de Honduras hay jugadores con mucha calidad, pero cuando ya sales al extranjero, cambia mucho, en lo futbolístico como fuera del campo. Esto equipos de la MLS lo primero que buscan es que seas buena persona y que dentro de la cancha rindas al máximo.
¿Qué anécdotas no olvidas durante el tiempo que has vivido aquí en Vancouver?
Ir a los supermercados era muy difícil al inicio porque cuando vas a pagar te comienzan a preguntar cosas y no sabes qué decir, yo solo respondía “yes, yes”. Si me decían algo malo, yo decía 'yes'. O cuando salía a una tienda a buscar ropa, me preguntaban en inglés y no sabía qué hacer.
¿En algún momento te quisiste regresar a Honduras al encontrarte solo en Vancouver y sin poder hablar inglés? Nunca. Soy un jugador que piensa en grande, he sufrido demasiado como para venir aquí y rendirme, eso es algo que no pasa por mi mente. Yo aquí estoy en la gloria, esto es el principio de mi futuro. Hay cosas difíciles, pero no como las que pasé.
Contame esa historia, de todo lo que sufriste desde pequeño…
Salí a los 12 años de mi casa, me reuní como todo un hombre con mi familia y les dije que no podía seguir así, miraba cómo mi papá y mi mamá lloraban porque no había qué comer en casa. Tenía que buscar la manera para llevar 10 ó 20 lempiras a la casa. Empecé a trabajar de albañil… de muchas cosas, me tocó dormir en la calle, me tocó comer comida de la calle.
Todo eso ha sido un sacrificio y esfuerzo en mi vida y creo Dios bendice a las personas sufridas. Nunca tomé vicios, tuve muchos amigos de la infancia que los perdí porque prefirieron la vida fácil, las maras, las drogas…
A mí quizá en ese momento me daba pena lo que hacía, pero no importaba si la gente se reía de mí, si hablaba de mí, lo único que importaba es que Dios supiera lo que estaba pasando, para mí Él lo es todo, tengo mucha fe y gracias a Él estoy acá.
Me marcó comer en la calle, no había nada en casa. Muchas veces nos echaban de los cuartos donde vivíamos porque no teníamos cómo pagar. Y la muerte de mi papá fue algo durísimo.
¿De qué murió tu papá?
Tenía piedras en la vesícula y después de eso surgió otro problema que ya después no sé ni de qué murió. En ese momento tampoco teníamos el dinero para sus medicamentos, nunca lo pudimos operar de la vesícula, se le cayeron solas las piedras. En ese tiempo lo que yo ganaba en Motagua era poco y todo lo que me pagaban era para mi familia, para poder pagar sus pastillas y las inyecciones. Guardo todos los recuerdos de mi papá, de él aprendí muchas cosas, siempre fue luchador y aún con esas piedras en la vesícula, así trabajaba. Esas cosas me sacaban lágrimas y yo decía que algún día iba a dejar de trabajar, pero todo pasa porque Dios así lo quiere.
Ahora que juegas en el extranjero, me imagino que apoyas a tu familia…
Mi familia lo es todo para mí, sin ellos no soy nadie. Antes de salir al extranjero dije que mi familia era lo primordial y el primer sueldo que recibí en Motagua y aquí en Whitecaps fue para mi familia. No me pongo a pensar en cosas lujosas, sino en ellos. Antes que mi papá falleciera le prometí una casa porque fue algo que nunca tuvimos, lo que siempre anhelamos, todo el tiempo alquilábamos y como no había dinero, nos echaban. Hoy estoy a punto de cumplirles ese sueño.
¿Dónde vive tu familia?
En la Rivera Hernández, como sabrás, es uno de los barrios más peligrosos, ahí crecí, ahí nací, ese es mi barrio. Me llevo de lo mejor con toda la gente, me quieren mucho, trato de ser la misma persona, solo con diferente pensamiento. Los niños me ven como un ejemplo y siempre trato de ayudar a la gente que no tiene.
¿Por todos los sueños que tienes, regresar a jugar a Honduras no es la mejor opción?
Soy un joven que piensa en grande, no estoy pensando en volver a Honduras. Quiero quedarme acá, sino, seguir en el extranjero y si me toca, pues jugar en el país y tratar de hacer las cosas mucho mejor que antes. Pero espero que no sea así, tengo que fe que voy a seguir aquí.
¿Cuáles son tus sueños personales y profesionales?
Mi sueño es sacar mi familia adelante, darles los que siempre han querido y no lo hemos tenido. Como futbolista soy alguien que nunca deja de soñar, Dios tiene muchas cosas para mí. Pienso en Europa, sé que estaré en Europa. Me gusta el fútbol de Inglaterra porque es un fútbol que yo lo tengo; rápido y fuerte. Estoy preparado para jugar donde sea, para esto me preparo.