PARÍS, FRANCIA.- “Estamos listos”, declaró este domingo en conferencia de prensa el presidente del comité organizador de París-024, Tony Estanguet, aunque admitió que “la presión aumenta” en esta recta final para el evento deportivo, cuya ceremonia de inauguración tendrá lugar el viernes.
“Estamos listos para esta recta final”, lanzó Estanguet en conferencia de prensa, aunque no quiso lanzar las campanas al vuelo: “Hasta que no haya acabado la ceremonia de clausura (11 de agosto) tendremos que ser vigilantes, pero hoy estamos exactamente donde soñábamos estar hace unos años”.
Por el momento la organización tiene suerte y no se atisban nubarrones en el horizonte: hasta el tiempo, luego de semanas de lluvia, parece dar una tregua y el sol brilla en París.
A menos de una semana de esa esperada ceremonia de casi cuatro horas, que por primera vez tendrá lugar fuera de un estadio, la flota de barcos que deben transportar a las delegaciones tuvo un ensayo general el sábado y todo transcurrió “muy bien”, destacó el Comité de Organización (COJO).
“Los resultados de la prueba son muy positivos en todos los elementos clave: la navegación de varios barcos, las distancias y el timing”, explicaron los organizadores.
La ceremonia de apertura, como es tradicional, se acompaña de secretismo para conseguir un efecto sorpresa. Se sabe que las delegaciones recorrerán seis kilómetros en barco por el río, desde la parte del Sena junto a la estación de Austerlitz hasta Trocadero y la Torre Eiffel.
Un piano posado en una plataforma negra flotante en el río junto al puente Mirabeau o decorados con una lona blanca en una de las orillas del río son apenas tímidas indicaciones artísticas de lo que se prepara para la ceremonia, que estará acompañada de enormes medidas de seguridad.
Varias de las zonas más céntricas de París y las orillas del Sena tienen un perímetro de especial protección e incluso desde el jueves hace falta un código QR o una acreditación para ingresar.
Esas restricciones a la libertad de movimiento han generado controversia entre los parisinos. Algunos quedan bloqueados sin poder cruzar los puntos de control, otros muestran su ira en las redes sociales, mientras que hay turistas sorprendidos por la dificultad o imposibilidad de visitar algún lugar emblemático de la ciudad, donde proliferan estos días barreras metálicas.
Comerciantes y restauradores de la ciudad se han quejado de “una bajada de actividad y frecuentación inéditas” en este momento del año, según un comunicado de organizadores profesionales.
Al norte de la capital, en la Villa Olímpica de Saint-Denis, unos 2.000 deportistas han llegado ya a la instalaciones, según el Comité Olímpico Internacional (COI). Tiene previsto acoger hasta 14.250 personas, de ellas 9.000 deportistas.
“Hemos podido hablar con algunos jefes de delegación, encuentran la Villa realmente genial”, afirmaba el miércoles de esta semana el jefe adjunto de la delegación francesa, André-Pierre Goubert.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el presidente del COI, Thomas Bach, deben visitar la Villa Olímpica el lunes, unas horas antes de que se abra la 142ª sesión del Comité Olímpico Internacional.
El calor se está invitando a los preparativos olímpicos, especialmente desde el viernes, con temperaturas que rondan los 30 grados centígrados, aunque en varias zonas de la región parisina hubo tormentas en la madrugada del domingo.
Según las previsiones meteorológicas, el termómetro puede bajar algo en el inicio de la nueva semana pero se espera un día soleado y sin lluvia para el viernes 26, día de la ceremonia de apertura al aire libre.
Una parte de los 45.000 voluntarios inician el domingo una última serie de formaciones destinadas a pulir los últimos aspectos previos al gran cónclave del deporte.
En los transportes sí que hay una ligera alerta. Las autoridades aseguran desde hace semanas que todo irá bien, pero varias líneas de trenes de cercanía] tuvieron incidentes en su funcionamiento el viernes, lo que genera una cierta inquietud ante la esperada llegada masiva de visitantes.