El bajo perfil de Fernando Santos, el ingeniero eléctrico de 62 años que llevó a Portugal a su primer gran título internacional, asusta.
Sin embargo, tras la final ganada a Francia, el hincha de Benfica y exlateral derecho de Marítimo y Estoril (se retiró a los 21 años debido a una lesión) lanzó una frase hiriente: 'Ganamos con mérito propio... que no digan otra vez que fue demérito de los adversarios'.
Acaso cansado de las críticas al estilo de juego que implantó con la escuadra lusa, el enemigo de la posesión de la pelota destacó el fondo antes de la forma: 'Hemos defendido muy bien, jugado al contragolpe y tenido suerte con el gol de Éder, porque el tiempo se acababa”.
“Pero cuando pierdes al mejor jugador del mundo tienes que reaccionar y necesitábamos alguien arriba que fuera una referencia y nos diera centímetros. Creo que Éder ha sido la mejor apuesta'.
Desde el corazón de su plantilla, Santos ha encontrado el mejor de los apoyos a su filosofía y Pepe lo supo destacar: 'El mister ha movido muy bien el equipo en este partido, con los cambios correctos en el momento correcto. Es una persona que tiene un olfato diferente. Huele el fútbol'.
Circulo triunfal
Como si fuera una jugada del destino, Fernando Santos debutó como seleccionador portugués el 11 de octubre de 2014 en Saint-Denis ante Francia y anoche cerró el círculo con la victoria más importante de la historia del fútbol luso en el mismo escenario y ante el mismo rival, brindando al país su primera gloria continental.
Al mismo tiempo, el criado en el barrio Penha de França, en la colina más alta de Lisboa, católico de pocas palabras y antiguo trabajador de un hotel de Estoril, leyó una carta que huele a despedida de la selección...
'He estado muy orgulloso de ser el entrenador de estos jugadores... pero ahora quiero ir a mi casa y besar y estar con mi madre, hija, mujer... mi familia'.
Su forma campechana ha cautivado a todos los portugueses, tanto a los 23 convocados al campeonato de Europa de Francia como a los aficionados, que ya le conocían muy bien tras su paso por los banquillos de los tres grandes de Portugal (Benfica, Oporto y Sporting); pero el mundo lo empezó a ver en Grecia, donde dirigió a los equipos AEK Atenas, Panathinaikos y PAOK de Salónica pero, ante todo, a la selección local.
Entre 2011 y 2014 estuvo al frente de la escuadra helénica, a la que clasificó para la Eurocopa de 2012 -cayó en los cuartos ante Alemania- y el Mundial de 2014 -apeado en octavos en los penales contra Costa Rica-. No en vano quiso acabar la conferencia de prensa postítulo con un mensaje en griego para el entorno que le enseñó cómo dirigir un seleccionado nacional
La vena pragmática en la actual Portugal es evidente. A Fernando Santos no le importa ceder el balón ni defender con uñas y dientes si es necesario. ¡Claro!, ha entrado al olimpo del fútbol y, paradójicamente, al lado de su mejor 'asistente técnico': Cristiano Ronaldo...