TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Después de impartir las reglas del fútbol los domingos en la
Liga Nacional de Honduras, el juvenil Óscar Tábora se pone el “uniforme” de abogado para explotar en los tribunales su otra pasión.
Tábora recibió cinco mil lempiras (de los que tiene que dar un porcentaje a la Filial de San Pedro Sula y otro para el Colegio Nacional de árbitros) por ser asistente uno de Armando Castro ayer en Danlí en la “final” por el no descenso.
Pero a su bolsillo llega más dinero porque pudo finalizar los estudios universitarios, un tema pendiente para algunos árbitros de Primera División. Óscar no ha dudado en seguir los pasos de su hermano mayor Jesús Tábora, juez Gafete FIFA desde el año 2014 que da clases como maestro de educación...
En la viña del...
Saíd Martínez, la apuesta de la Comisión Nacional de Arbitraje rumbo al Mundial de Qatar, es el único tocapitos que actualmente está estudiando una maestría (en ingeniería matemática, ahora en espera por sus obligaciones arbitrales de cara a 2022) luego de obtener una licenciatura en matemática y ser Gafete FIFA desde 2017.
“Trabajo de 6:40 de la mañana a 12:00 del mediodía en el Instituto Central, luego voy a almorzar, hago gimnasio, trabajo en pista y a veces en cancha”, cuenta el originario de Tocoa, Colón, que ha tenido que suspender las clases de la maestría (estudiaba jueves, viernes y sábado) por los constantes viajes al extranjero que implica su nuevo orden en el arbitraje.
Recientemente estuvo en un seminario en Qatar y es un asiduo elegido para dirigir en Concachampions y Liga de Naciones de la Concacaf.
Saíd Martínez forma parte del grupo de nazarenos que no solamente se dedican al arbitraje. Un sector en el que por ahora no entran Melvin Matamoros, Óscar Moncada, Manuel Zelaya y Erick Andino, que se ocupan exclusivamente a impartir leyes arbitrales los fines de semana en la Liga.
Aunque Matamoros y Moncada tienen la ventaja de portar la escarapela FIFA y pueden recibir hasta 300 dólares por ir a una competencia mundialista juvenil o un juego de la Concachampions; una cifra que no se compara con la que gana un juez en México, en donde el 90 por ciento de los jueces solo tienen en su mente el arbitraje.
Un silbante que es llamado a dirigir cuatro partidos en un mes en la Liga MX puede alcanzar los 10 mil dólares de sueldo, una utopía a la hora de ver los salarios de la Liga Nacional.
Por eso, y en la última porción de árbitros en la lupa, hay varios que empezaron a quemarse las pestañas: Alberto Meza estudia arquitectura y Erick Coello educación física, que forman parte de la nueva camada de tocapitos con ganas de superarse y con tres dedos de frente: saben que en Honduras el arbitraje no es la profesión que más dinero da. También lo sabe Jack Rodríguez, que en el ocaso de su profesión desmenuza los códigos en la carrera de leyes. Todos saben donde están parados.
Aquí las profesiones
Saíd Martínez Lic. en matemática
Raúl Castro Lic. en mercadotecnia
Óscar Tábora Abogado penalista
Jesús Tábora Maestro de educación
Héctor Rodríguez Asesor de ventas en una compañía de cable
Marlon Díaz Técnico en refrigeración
Melissa Pastrana Lic. en comercio
Edwin García Técnico de laboratorio
Armando Castro Burócrata (Alcaldía de Puerto Cortés)
Nelson Salgado Burócrata (Proyecto gubernamental en Morocelí)
David Cruz Comerciante
Jonfy Vallecillo Empresa privada
Omar Leiva Empresa privada
Rolando Vega Empresa privada
Jack Rodríguez Federación de Fútbol (estudia Leyes)
Óscar Cruz Lic. en finanzas
Alberto Meza Estudia arquitectura
Erick Coello Estudia educación física
Denis Mazariegos Cultiva café
Óscar Velásquez Ingeniero
Tábora recibió cinco mil lempiras (de los que tiene que dar un porcentaje a la Filial de San Pedro Sula y otro para el Colegio Nacional de árbitros) por ser asistente uno de Armando Castro ayer en Danlí en la “final” por el no descenso.
Pero a su bolsillo llega más dinero porque pudo finalizar los estudios universitarios, un tema pendiente para algunos árbitros de Primera División. Óscar no ha dudado en seguir los pasos de su hermano mayor Jesús Tábora, juez Gafete FIFA desde el año 2014 que da clases como maestro de educación...
En la viña del...
Saíd Martínez, la apuesta de la Comisión Nacional de Arbitraje rumbo al Mundial de Qatar, es el único tocapitos que actualmente está estudiando una maestría (en ingeniería matemática, ahora en espera por sus obligaciones arbitrales de cara a 2022) luego de obtener una licenciatura en matemática y ser Gafete FIFA desde 2017.
“Trabajo de 6:40 de la mañana a 12:00 del mediodía en el Instituto Central, luego voy a almorzar, hago gimnasio, trabajo en pista y a veces en cancha”, cuenta el originario de Tocoa, Colón, que ha tenido que suspender las clases de la maestría (estudiaba jueves, viernes y sábado) por los constantes viajes al extranjero que implica su nuevo orden en el arbitraje.
Recientemente estuvo en un seminario en Qatar y es un asiduo elegido para dirigir en Concachampions y Liga de Naciones de la Concacaf.
Saíd Martínez forma parte del grupo de nazarenos que no solamente se dedican al arbitraje. Un sector en el que por ahora no entran Melvin Matamoros, Óscar Moncada, Manuel Zelaya y Erick Andino, que se ocupan exclusivamente a impartir leyes arbitrales los fines de semana en la Liga.
Aunque Matamoros y Moncada tienen la ventaja de portar la escarapela FIFA y pueden recibir hasta 300 dólares por ir a una competencia mundialista juvenil o un juego de la Concachampions; una cifra que no se compara con la que gana un juez en México, en donde el 90 por ciento de los jueces solo tienen en su mente el arbitraje.
Un silbante que es llamado a dirigir cuatro partidos en un mes en la Liga MX puede alcanzar los 10 mil dólares de sueldo, una utopía a la hora de ver los salarios de la Liga Nacional.
Por eso, y en la última porción de árbitros en la lupa, hay varios que empezaron a quemarse las pestañas: Alberto Meza estudia arquitectura y Erick Coello educación física, que forman parte de la nueva camada de tocapitos con ganas de superarse y con tres dedos de frente: saben que en Honduras el arbitraje no es la profesión que más dinero da. También lo sabe Jack Rodríguez, que en el ocaso de su profesión desmenuza los códigos en la carrera de leyes. Todos saben donde están parados.
Aquí las profesiones
Saíd Martínez Lic. en matemática
Raúl Castro Lic. en mercadotecnia
Óscar Tábora Abogado penalista
Jesús Tábora Maestro de educación
Héctor Rodríguez Asesor de ventas en una compañía de cable
Marlon Díaz Técnico en refrigeración
Melissa Pastrana Lic. en comercio
Edwin García Técnico de laboratorio
Armando Castro Burócrata (Alcaldía de Puerto Cortés)
Nelson Salgado Burócrata (Proyecto gubernamental en Morocelí)
David Cruz Comerciante
Jonfy Vallecillo Empresa privada
Omar Leiva Empresa privada
Rolando Vega Empresa privada
Jack Rodríguez Federación de Fútbol (estudia Leyes)
Óscar Cruz Lic. en finanzas
Alberto Meza Estudia arquitectura
Erick Coello Estudia educación física
Denis Mazariegos Cultiva café
Óscar Velásquez Ingeniero