LA CEIBA, HONDURAS.- En La Ceiba existen alrededor de 260 barrios y colonias que con el pasar de los años se acrecientan en habitantes, pero fue en la populosa Col. Canelas, el lugar donde se crio el protagonista de esta historia humana que relata la humildad y los esfuerzos que preponderaron en su infancia.
+ Regístrese y disfrute una nueva experiencia como lector
Se trata del legionario Luis Enrique Palma Oseguera que desde niño tenía claro que de grande quería ser futbolista, mejorar las condiciones de su familia y poder viajar a otros países. Su juguete favorito eran las pelotas de plástico, esas que se podían comparar en cualquier pulpería por tan solo cinco lempiras.
Era tanto el amor por ese deporte que su madre María Luisa recibía múltiples llamadas de los profesores del colegio Betel poniéndole quejas que el mayor de sus hijos no entraba a clases por estar con un balón y así fue en la gran mayoría de los años.
A sus padres se les inflaba el pecho de orgullo y se le cristalizaban los ojos de emoción, mientras se referían a ‘Luisito’, como lo llaman ellos. Un momento que no olvidan fue el día que viajó con su padre Enrique Arturo Palma a la zona sur del país y en una potra de esas que se arman en las tardes normalmente en los pueblos el pequeño deslumbró a los habitantes con solo 10 años.
“Arturo vos vas a tener un futbolista bueno porque ese cipote tiene talento”, le decían al progenitor.
Las travesuras estaban a la orden del día con el ahora jugador del Aris de Grecia, en una época Luis vendía frutas y verduras con su papá, pero cuando don Enrique no podía ir enviaba a ‘Dani Boy’, un gran amigo de la familia que falleció hace dos años, para que se fueran con su hijo a vender el producto por las comunidades Corozal y Sambo Creek y un día de esos ambos muchachos se gastaron todo el dinero de la venta y no llevaron un solo lempira a casa y le preguntaron ¿aja, y el pisto? “No mamá teníamos hambre y nos gastamos todo”, respondió aquel niño.
Ahora que las personas lo ven en la televisión y en los estadios lo reconocen y dicen “y ese no era aquel niño que vendía verduras con Palma”, “miren a ese muchacho todo lo que ha logrado”.
Una juventud con mucho esfuerzo.
El trabajo es una costumbre que el exVida aprendió desde pequeño sin importar lo que tenía que hacer, chapeaba solares con su papá y jalaba leña para el negocio de tortillas de su abuelita. Muchas veces son esas las cosas que marcan la diferencia.
“Él trabajaba por sus tacos. Siempre nos decía yo voy ir a trabajar con vos para que me compres mis tacos, eso sí, que en aquellos tiempos los tacos no eran de marca, pero lo que se le podía comprar se le compraba porque eso lo volvía loco”, confesó su padre.
Sus inicios en el fútbol
Como muchas otras historias Palma Oseguera inició jugando en las empedradas y polvosas calles de su pasaje, frente a la casa de su abuelo, Francisco Oseguera, quien le ponchaba las pelotas porque le arruinaban las plantas. Hoy en día se ríe de esos recuerdos.
La situación tomó mayor seriedad cuando fue campeón con su colegio del torneo Gatorade en 2013, su carrera profesional estaba comenzando, ganar ese título les representó a él y sus compañeros de equipo poder ver en vivo la final de la Champions League en la que el Real Madrid le ganó al Atlético de Madrid en 2014, además logró ver de cerca a su gran ídolo, Cristiano Ronaldo.
El legionario le debe mucho a las enseñanzas del exentrenador Francisco Pavón quien lo descubrió en las canchas de barro de las Fuerzas Básicas del Sauce en La Ceiba, ahí marcó más de 50 goles y gran porcentaje de ellos de tiro libre, una cualidad que la traía insertada en sus venas.
Luego dio el brinco a las reservas especiales del Vida y solo necesitó una temporada para demostrar que estaba para grandes cosas, fueron campeones con una gran camada de jugadores como Horacio Argueta, los hermanos Meléndez, Roger Sanders, Carlos ‘Zapatilla’ Mejía, Marvin Bernárdez y muchos más.
Al torneo siguiente, lo ascendieron al primer equipo, el técnico Héctor Castellón le dio la confianza, el 17 de enero del 2017, en el día de su cumpleaños (17) debutó en Liga Nacional y lo hizo con un golazo al Honduras Progreso en el estadio Ceibeño.
“La gente que le gusta el fútbol aquí en La Ceiba lo reconocen todos. Yo me siento alegre porque la gente lo aprecia bastantes y me aprecian a mí, la gente me admira porque yo era quien lo llevaba a jugar a todos lados”, cuenta Enrique Arturo.
Tuvo su primera experiencia en el extranjero en 2019 con el Real Monarch de la USL; sin embargo, fue algo fugaz, regresó nuevamente al Vida para convertirse en estrella de los cocoteros y según cuentan sus padres, los aficionados les preguntan si no tienen otro familiar con la calidad de Palma porque lo extrañan.
El destino, talento y perseverancia puso a Luis en el Viejo Continente, antes de eso el extremo catracho pudo haber recalado a la MLS o la liga mexicano, pero su enfoque estaba claro brillar en la elite mundial, ese es su objetivo y va por buen camino en la actual temporada tiene siete goles y dos asistencias.
Las posibilidades de cambiar de equipo y liga son grandes por el nivel que ha desarrollado, sus padres, más que todo Don Arturo le gustaría verlo jugar algún día en la Premier League con el Tottenham Hotspur.
Luego de conocer a todo lo que Luis Palma le ha hecho frente vemos que los sueños se cumplen y todo podría pasar.