MOROCELÍ, HONDURAS.-Como muchos niños, crecieron soñando con un futuro en el fútbol, jugaron sus potras y destacaron en equipos, pero su porvenir no sería con la pelota en los pies, aunque sí dentro de las canchas del deporte más hermoso del mundo.
Su destino les tenía disponible un silbato y dos tarjetas, una roja y otra amarilla, para impartir justicia, tal vez, en la disciplina deportiva más practicada en el globo terráqueo.
Las otrora polvorientas calles del municipio de Morocelí, en el departamento de El Paraíso, vieron crecer a tres de los actuales árbitros de la Liga Nacional del fútbol hondureño.
Melvin Matamoros, Nelson Salgado y Alex Morazán han dado a conocer el nombre de Morocelí en el ámbito futbolístico, destacándose a nivel nacional e internacional.
Semillero
“Yo nací como árbitro entre el 2003 y 2004, con la llegada de la Liga Mayor a Morocelí; se armaron los equipos, diez en total, pero no teníamos árbitros y lo más complicado era de dónde sacábamos los árbitros”, cuenta con nostalgia Melvin.
El réferi recuerda que cada uno de los diez equipos formados para iniciar el campeonato tuvo que dar uno de sus jugadores para que fungiera como árbitro. “Yo jugaba en el Súper Estrella y un día de esos Ramón Núñez, el técnico del equipo, fue a buscarme a la fábrica de puros en la que yo trabajaba para decirme que a partir de ese momento ya no sería jugador del Súper Estrella”, relata.
Una etapa distinta llegaría a la vida de Melvin Matamoros.
“Él (Ramón Núñez) me propuso como árbitro y a mí desde niño me gustaba el arbitraje”. Después de varias charlas instructivas sobre las reglas básicas del arbitraje, el nativo de Morocelí se adentró en lo que lo llevaría a convertirse en un colegiado del máximo circuito del fútbol hondureño.
Durante cuatro años pitó en la Liga Federada de Morocelí, sin embargo, tenía ansias de seguir aprendiendo y solicitó su traslado a la filial de Tegucigalpa, para tener más y mejores oportunidades. En el 2007 dio el salto a la capital.
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El debut
En el año 2008, Matamoros recibió la noticia de su ascenso a primera división y con ello vino un cúmulo de emociones.
“Debuté en 2009 un partido Motagua-Deportes Savio, en el Estadio Nacional; era mi primera experiencia como árbitro, estaba nervioso, era mi primera oportunidad, pero puse en práctica todos los conceptos que había aprendido desde que empecé de cero”, recuerda. Su recorrido en el fútbol profesional lo ha llevado a dirigir finales en la liga hondureña. “Mi primera final no la puedo olvidar, fue el partido en el que me consagré en primera división, la final entre Real Sociedad y Real España, el 10 de diciembre de 2013, el torneo top para mí”, rememora. Melvin Matamoros ha dirigido muchos partidos en la primera división y desde el año 2014 ha pitado decenas de juegos en competencias internacionales.
Más figuras
Pero el linaje de réferis oriundos de este pueblo no se quedó ahí. Para el año 2009 el nombre de Nelson Alcides Salgado Trujillo ya sonaba en el arbitraje de Liga Mayor. Compañero de Melvin en la fábrica de puros destacada en Morocelí, se miraban a diario y en uno de esos días de labores, Melvin le propuso que se animara a aprender la profesión del arbitraje.
“Él me invitó a que me presentara a la Filial de Árbitros de Morocelí, que me presentara al campo a entrenar con ellos; yo le dije que no podía porque tenía contrato con el equipo Real Bella Vista, de segunda división”, expresa Nelson.
Terminado el contrato con Real Bella Vista, Nelson pasó a jugar con un equipo de su pueblo porque Real Bella Vista le vendió la categoría al Necaxa, que después llegó a primera división.
Tras pitar varios años en la segunda división de fútbol y en los torneos de reservas, en 2012 logra dar el añorado salto a la primera división. “Recuerdo que debuté como árbitro en el clausura del 2012, en un partido entre el Marathón y Victoria, en el Yankel Rosenthal; una fecha inolvidable, ese mismo día estaba cumpliendo años mi hermana menor y yo pitando mi primer partido”, Nelson se emociona al contarlo. Con muchos partidos en la primera división, es uno de los árbitros en crecimiento; también tiene el honor de portar el gafete de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
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Crecimiento
Novel en esta profesión, pero con suficiente recorrido en las canchas de fútbol, Alex Rubén Morazán Mendoza, también con inicios como jugador, es otro de los que levanta la mano por Morocelí en el fútbol nacional.
Circunstancialmente se encontró en un taxi con Jorge Irías, conocido como “Cebolla”, un exárbitro con gafete de FIFA, dedicado en ese momento a pitar en ligas burocráticas de la capital. Era el año 2012, cuenta Alex Rubén. En sus inicios se fogueó en las ligas menores de la capital y en segunda división estuvo durante varios torneos, esperando la anhelada promoción a la primera división del fútbol nacional.
“En el apertura de 2015-2016 debutó en primera división, pero como cuarto árbitro, recuerdo que fue en un Motagua-Vida, en el Estadio Nacional; estaba muy alegre de haber debutado”, manifiesta. Ha dirigido nueve partidos en la Liga Nacional y al igual que Matamoros y Salgado, Morazán aspira a dirigir finales y obtener el honorífico gafete de réferi FIFA.
La terna arbitral asegura que no dejarán morir la historia del arbitraje por el bien de Morocelí y esperan ver a futuras generaciones en el máximo circuito.