NEWCASTLE, INGLATERRA.- Un chispazo de brillantez de
Allan Saint-Maximin fue suficiente para que el
Newcastle viniera de atrás y empatara 1-1 frente al
Leeds en la
Liga Premier el viernes.
El volante francés de 24 años logró un magnífico gol para igualar el marcador, que había abierto Raphinha en una noche en la que una parte de los aficionados del St. James Park pidió a gritos de nuevo la salida del técnico del Newcastle, Steve Bruce.
Ninguno de los dos equipos conoce la victoria en la temporada y el entrenador de 60 años sabe que sus críticos están lejos de quedar complacidos. Pero está al tanto también de que sus jugadores están haciendo un esfuerzo por él.
VEA: Choco Lozano anotó en el triunfo del Cádiz ante el Celta
Leeds tomó la ventaja después de 13 minutos de juego cuando Raphinha cruzó desde izquierda y Rodrigo intentó tocarle de tacón rumbo al arco y en el proceso, engañó a Karl Darlow. El portero del Newcastle solo pudo mirar sorprendido cómo el balón cruzaba la línea de gol rumbo a la red.
Los gritos de “queremos fuera a Brucey” comenzaron a escucharse en todo el estadio.
Saint-Maximin, por mucho el jugador más peligroso de Newcastle, controló un servicio de Joelinton en los límites del área y se quitó a dos rivales antes de disparar cruzado y lograr el tanto del empate.
El volante francés de 24 años logró un magnífico gol para igualar el marcador, que había abierto Raphinha en una noche en la que una parte de los aficionados del St. James Park pidió a gritos de nuevo la salida del técnico del Newcastle, Steve Bruce.
Ninguno de los dos equipos conoce la victoria en la temporada y el entrenador de 60 años sabe que sus críticos están lejos de quedar complacidos. Pero está al tanto también de que sus jugadores están haciendo un esfuerzo por él.
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Leeds tomó la ventaja después de 13 minutos de juego cuando Raphinha cruzó desde izquierda y Rodrigo intentó tocarle de tacón rumbo al arco y en el proceso, engañó a Karl Darlow. El portero del Newcastle solo pudo mirar sorprendido cómo el balón cruzaba la línea de gol rumbo a la red.
Los gritos de “queremos fuera a Brucey” comenzaron a escucharse en todo el estadio.
Saint-Maximin, por mucho el jugador más peligroso de Newcastle, controló un servicio de Joelinton en los límites del área y se quitó a dos rivales antes de disparar cruzado y lograr el tanto del empate.