LA CEIBA, HONDURAS.-Si el coronavirus golpeó al Rojo, el León se encargó de enterrar al debilitado Cococotero en su propio feudo y con ese cómodo 3-0 salió de La Ceiba mirando a todos sus rivales desde la cima.
De un lado del Municipal Ceibeño se dejó ver un equipo moribundo y del otro lado una escuadra que jugó a un antojo.
El Olimpia de Pablo Lavallén tuvo una noche de placer en la Novia de Honduras ante un adversario que “llegó perdido” antes del primer pitazo de Orlando Hernández.
Las ocho bajas, siete por covid, trastocaron terriblemente el plan de un Mira que debió “remendar” a su equipo.
El León palpó esa debilidad, olió sangre y se comió a su adversario en solo media hora.
Moya abrió la lata
La Bestia Bryan Moya puso el primer clavo en el ataúd rojo con un zurdazo (13), Yusting Arboleda contrarremató el segundo en una jugada en la que Chirinos se había topado con el vertical (21) y José García cabeceó en forma certera para sentenciar al Vida (30).
Los goles los hicieron los tres citados, pero los construyó un preponderante y brillante Edwin Rodríguez, que brindó cátedra de fútbol sobre el césped del coloso ceibeño.
La remendada zaga del Cocotero, en la que Sergio Peña era central y la Flecha Bernárdez lateral, sufría y sufría con cada llegada merengue. Pero el equipo de Lavallén le bajó un cambio a su velocidad, fue sobrellevando el partido y bien pudo ir a traer el balón a su marco en más de una oportunidad.
Aparecieron los porteros
El brasileño Ferreira acarició el tuvo en el mano con Edrick y el meta merengue frenó sendos remates de Roger Sanders y Rafael Agámez en dos oportunidades.
En medio de esos chispazos del local, los Albos también pudieron ampliar la brecha, pero Edwin y el ingresado Jerry Bengtson encontraron con el portero Pipo López y José Mario Pinto con el travesaño.
Empatado en puntos y con mejor diferencia de goles, Olimpia alcanzó al Victoria en el liderato y ve el Clausura desde la cúspide...