“Me vinieron a buscar desde Emiratos Árabes y me hicieron sólo una pregunta: ¿cuántos títulos ganaste? No me llamaron más. Yo sólo había salido campeón con Cerro Porteño (2009) y logrado un ascenso con Gimnasia (2013). Me di cuenta de que en el currículum solo sirve la palabra campeón”, confesó el entrenador de Olimpia.
Confinado en su apartamento en Tegucigalpa, el argentino de 54 años mostró su satisfacción por haber llegado a los Blancos. “Tenía que empezar a agarrar equipos grandes, con aspiraciones a salir campeón y apareció esto de Honduras.
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Afuera de Argentina hay vida y hasta mejor. Me pagan el triple que en Gimnasia, el 5 de abril ya tenía depositado el sueldo y solo tenemos que pensar en trabajar”, dijo el DT, quien se soltó ante los periodistas de su país.
¿Te dolió que no te hayan contratado los árabes?
No. Me di cuenta de que en Argentina ya no hay lugar para mí. Figuré en cuatro o cinco listas y no me eligieron. Me tenía que abrir un nuevo mercado. Ahora me siento más reconocido para México, Estados Unidos; me llaman los mejores periodistas de ESPN de Miami... Pasé a un nivel que en verdad no imaginaba.
¿No te imaginabas que ibas a pasar esto en Honduras?
La verdad es que estaría perfecto si no fuese por el coronavirus y la falta de mi familia. En Gimnasia llegamos a la final de la Copa Argentina y todos pensaban que era normal. Y cuando volvés a la normalidad sos una porquería. No dicen que fue un milagro eliminar a Boca o a River. Me vino bien cambiar de aire.
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¿Qué les dijiste a tus jugadores en la charla previa al partido con Seattle?
Les conté mi historia con Gimnasia cuando eliminamos a River y Boca. Que se la tenían que creer. Los equipos de Estados Unidos pueden tener más poderío económico, pero juegan con menos obligaciones. Si vas con esa presión y jugás así, les podés ganar.
¿Ganaron jugando bien?
Somos un equipo durísimo, que se defiende muy bien y que arriba tiene jugadores rápidos para jugar con espacios. Nadie pensaba que íbamos a dejarlos afuera. En las calles se festejó como si hubiera salido campeón con Gimnasia. Estamos haciendo historia en todo el país.
¿Notás que siempre dirigen los mismos en Argentina?
A algunos les va mal y siguen girando por los clubes. Igual no me quejo, tengo trabajo hace 15 años. Podría haber dirigido mucho más en el país, pero siempre me mostré tal cual soy: divertido y haciendo chistes en la tele. Muchos no me contrataron porque uso jeans, pelo largo y no uso anteojos para hacerme el intelectual.
¿A quién te referís?
A los fantasmas. En el fútbol hay mucha “fantasmeada”. Yo me compré un dron, 30 GPS y tengo mi equipo de edición de videos, que es fundamental. Pero son herramientas, no es saber de fútbol. Mis maestros, el Viejo Griguol, anotaba todo en una hojita de supermercado. ¿Me vas a decir que no sabía de fútbol?
Los dirigentes compran a los de pelito corto, jóvenes, a los que se hacen los intelectuales. A mí me gusta la tierra, sentir el pasto. Los felicito a los que están impecables y usan trajes, pero a mí no me sale.
¿Sentís que el medio argentino te trata de viejo?
Viejo, no. Intermedio. Mirá que a los viejos les va bárbaro, eh. Russo, Zielinski. Mientras estés cuerdo no hay edad. Lo que pasa es que ahora los dirigentes también vienen más jóvenes. En Italia salen con traje y pareciera que acá se pierde prestigio. Yo lucho contra eso, muchos amigos me preguntan por qué no uso traje y les digo que no me rompan las pelotas.
¿Volverías a Gimnasia como presidente?
No... Yo quiero dirigir hasta que no reconozca a los jugadores y después de eso no podré ser presidente. Si Dios me da la chance, 10 o 15 años más quiero seguir dirigiendo. Es lo que me mantiene vivo. No sirvo para jubilarme.