LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS.- Después de 25 años de vivir a la sombra de uno de los asesinatos más notorios del país,
O.J. Simpson dice que ha ingresado en una nueva etapa de su vida “sin cosas negativas”.
En una entrevista telefónica Simpson, de 71 años, dijo que se siente saludable y feliz viviendo en Las Vegas. Y que ni él ni sus hijos quieren hablar mucho del 12 de junio de 1994, cuando su ex esposa Nicole Brown Simpson y su amigo Ronald Goldman fueron asesinatos a puñaladas, tras lo cual Simpson pasó de ser un ídolo del fútbol americano a un sospechoso de asesinato.
“No queremos revivir el peor día de nuestras vidas”, expresó. “Mi familia y yo hemos dado vuelta la página y entrado en lo que llamamos una ‘zona sin cosas negativas’. Nos enfocamos en lo positivo”.
El dolor, no obstante, sigue presente en la familia de Goldman.
“El dolor no me sofoca”, dice su hermana Kim. “Pero cada momento especial de mis hijos, cada momento especial mío... no puedo compartirlos con mi hermano y pienso en todo lo que se ha perdido”.
Ron Goldman tenía 25 años y estaba devolviendo un par de anteojos de sol que la madre de Nicole Brown Simpson se había dejado en el restaurante donde él trabajaba cuando ambos fueron apuñalados decenas de veces.
El “Juicio del Siglo” de O.J. Simpson duró casi un año y resultó una obsesión nacional, con denuncias de racismo, de incompetencia policial, celebridades y violencia doméstica.
Simpson fue exonerado en 1995, en un fallo que dividió al país. Los blancos en general pensaron que Simpson era culpable y los negros que era inocente.
El caso no ha sido resuelto y Simpson sigue insistiendo en su inocencia.
Familiares de las víctimas radicaron demandas civiles contra Simpson y en 1997 se le ordenó pagar 33,5 millones de dólares a los parientes de su ex esposa y de Goldman. Parte de sus bienes fueron confiscados y rematados, pero el grueso de esa suma no ha sido abonado.
Simpson estuvo preso nueve años tras ser condenado por robo y secuestro, a raíz de un episodio en el que trató de recuperar objetos suyos mal habidos en Las Vegas, según dice. Fue liberado en el 2017 y ha estado alejado del candelero.
Al recuperar la libertad, muchos esperaron que regresaría a la Florida, donde vivió varios años. Pero algunos amigos lo convencieron de que se quedase en Las Vegas.
“Esta ciudad me ha tratado bien”, dice Simpson. “Todo el mundo ofrece disculpas por lo que me sucedió aquí”.
Pero no todo ha sido color de rosas. Un mes después de su excarcelación, durante una salida a comer se vio enfrascado en una disputa. Se le pidió que se fuese de un restaurante y se le prohibió el ingreso en el futuro.
A partir de ese episodio no hubo otros incidentes y Simpson es muy buscado por gente que quiere tomarse un selfie con él.
Juega al golf casi todos los días. Las rodillas que le dieron gloria en la NFL fueron reemplazadas y hace poco se operó los ojos.
Simpson dice que es muy allegado a sus hijos y a otros parientes. El funcionario que vigila el cumplimiento de los términos de su libertad bajo palabra lo autorizó a que haga algunos viejas cortos, incluido alguno a la Florida, donde sus hijos menores, Justin y Sydney, trabajan en el sector de bienes raíces.
Su hija mayor Arnelle vive con él la mayor parte del tiempo, pero viaja bastante a Los Ángeles.
“Estuve en la Florida dos o tres veces a ver a los chicos y a viejos amigos de Miami. Incluso jugué un poco de golf con ellos”, dijo Simpson. “Pero vivo en una ciudad de la que me enamoré. Todo marcha bien”.
Afirma que la mayor parte de su fortuna se le fue en abogados. Pero declinó de hablar sobre finanzas y dice que vive de pensiones.
Coincidiendo con el 25to aniversario del asesinato de su hermano, que se cumple el miércoles, Kim Goldman lanzará un podcast de diez semanas, “Enfrentando a O.J. Simpson”, en el que entrevistará a amigos de su hermano, al detective que investigó los asesinatos, a abogados de la defensa y de la fiscalía, y a dos de los 12 jurados que absolvieron a Simpson. Insistirá en que el astro de la NFL es culpable.
En una entrevista telefónica Simpson, de 71 años, dijo que se siente saludable y feliz viviendo en Las Vegas. Y que ni él ni sus hijos quieren hablar mucho del 12 de junio de 1994, cuando su ex esposa Nicole Brown Simpson y su amigo Ronald Goldman fueron asesinatos a puñaladas, tras lo cual Simpson pasó de ser un ídolo del fútbol americano a un sospechoso de asesinato.
“No queremos revivir el peor día de nuestras vidas”, expresó. “Mi familia y yo hemos dado vuelta la página y entrado en lo que llamamos una ‘zona sin cosas negativas’. Nos enfocamos en lo positivo”.
El dolor, no obstante, sigue presente en la familia de Goldman.
“El dolor no me sofoca”, dice su hermana Kim. “Pero cada momento especial de mis hijos, cada momento especial mío... no puedo compartirlos con mi hermano y pienso en todo lo que se ha perdido”.
Ron Goldman tenía 25 años y estaba devolviendo un par de anteojos de sol que la madre de Nicole Brown Simpson se había dejado en el restaurante donde él trabajaba cuando ambos fueron apuñalados decenas de veces.
El “Juicio del Siglo” de O.J. Simpson duró casi un año y resultó una obsesión nacional, con denuncias de racismo, de incompetencia policial, celebridades y violencia doméstica.
Simpson fue exonerado en 1995, en un fallo que dividió al país. Los blancos en general pensaron que Simpson era culpable y los negros que era inocente.
El caso no ha sido resuelto y Simpson sigue insistiendo en su inocencia.
Familiares de las víctimas radicaron demandas civiles contra Simpson y en 1997 se le ordenó pagar 33,5 millones de dólares a los parientes de su ex esposa y de Goldman. Parte de sus bienes fueron confiscados y rematados, pero el grueso de esa suma no ha sido abonado.
Simpson estuvo preso nueve años tras ser condenado por robo y secuestro, a raíz de un episodio en el que trató de recuperar objetos suyos mal habidos en Las Vegas, según dice. Fue liberado en el 2017 y ha estado alejado del candelero.
Al recuperar la libertad, muchos esperaron que regresaría a la Florida, donde vivió varios años. Pero algunos amigos lo convencieron de que se quedase en Las Vegas.
“Esta ciudad me ha tratado bien”, dice Simpson. “Todo el mundo ofrece disculpas por lo que me sucedió aquí”.
Pero no todo ha sido color de rosas. Un mes después de su excarcelación, durante una salida a comer se vio enfrascado en una disputa. Se le pidió que se fuese de un restaurante y se le prohibió el ingreso en el futuro.
A partir de ese episodio no hubo otros incidentes y Simpson es muy buscado por gente que quiere tomarse un selfie con él.
Juega al golf casi todos los días. Las rodillas que le dieron gloria en la NFL fueron reemplazadas y hace poco se operó los ojos.
Simpson dice que es muy allegado a sus hijos y a otros parientes. El funcionario que vigila el cumplimiento de los términos de su libertad bajo palabra lo autorizó a que haga algunos viejas cortos, incluido alguno a la Florida, donde sus hijos menores, Justin y Sydney, trabajan en el sector de bienes raíces.
Su hija mayor Arnelle vive con él la mayor parte del tiempo, pero viaja bastante a Los Ángeles.
“Estuve en la Florida dos o tres veces a ver a los chicos y a viejos amigos de Miami. Incluso jugué un poco de golf con ellos”, dijo Simpson. “Pero vivo en una ciudad de la que me enamoré. Todo marcha bien”.
Afirma que la mayor parte de su fortuna se le fue en abogados. Pero declinó de hablar sobre finanzas y dice que vive de pensiones.
Coincidiendo con el 25to aniversario del asesinato de su hermano, que se cumple el miércoles, Kim Goldman lanzará un podcast de diez semanas, “Enfrentando a O.J. Simpson”, en el que entrevistará a amigos de su hermano, al detective que investigó los asesinatos, a abogados de la defensa y de la fiscalía, y a dos de los 12 jurados que absolvieron a Simpson. Insistirá en que el astro de la NFL es culpable.