Forrado de buen ánimo por el empate ante Olimpia en el Nacional, el Tense de Carlos Martínez no dejó pasar el tiempo en el Excélsior y con un afilado primer tiempo pudo vencer 2-1 a la Real Sociedad, que se mete a líos.
Los goles del defensa colombo-hondureño Luis Castro y del ariete panameño Brunet Hay Pino sirvieron para liquidar el pleito en los primeros 45 minutos; al cuadro aceitero le faltó reacción y se relajó como la serpiente encantada. El grito de Osman Melgares fue insuficiente y el equipo del Chavo Fúnez no puede salir de la zona roja...
Ese primer tiempo...
El 4-4-2 de Carlos Martínez impuso condiciones en la maltratada cancha porteña. Una buena cantidad de hinchas en preferencia miraban cómo el equipo escualo era más gracias a la punzante actitud de Bayron Méndez y Alexander Maximino Aguilar, los dos mejores del equipo local.
Hacia el minuto 14 un centro de tres dedos de Aguilar terminó en un remolino de piernas en el corazón del área visitante: Kervin Arriaga alcanzó a rozar y Luis Castro, casi dándole la mano a Yul Arzú, la mandó al fondo de las redes rojas.
El desconcierto visitó la casa de la Real Sociedad y hacia el minuto 21 José Danery Barralaga llegó tarde a la marca para hacer perder el equilibrio a Aguilar, un dolor de cabeza por la banda derecha.
Atento y concentrado, Melvin Matamoros decretó la pena máxima para que un minuto después Brunet Hay Pino derrotara a Yul Arzú, esta vez sin estilo Panenka.
Metido en el juego, el Tense permitía pocas licencias a un enemigo que tampoco hacía los méritos para llegar al gol. Hasta que hacia el minuto 37 el defensa colombiano Juan Bolaños agarró por la espalda a Henry Clark.
Seis minutos antes del final de la etapa inicial, Osman Melgares engañó a Donaldo Morales para establecer una diferencia mínima que jamás se movería, sobre todo porque la Real Sociedad bajaría los brazos desde el minuto 51 cuando Robbie Matute se fue a las duchas antes de tiempo tras una entrada descalificadora contra Juan Bolaños.
El equipo de rojo perdió la paz, se sintió herido y murió antes de finalizar la guerra. Alexander Maximino Aguilar, al 65, tuvo la chance de hacer más grande la distancia, pero no la empalmó bien después de recibir el pase de la muerte de Hay Pino.
No pudo el Chimino ponerle la cereza del postre a su gran juego, pero igual el Tiburón se fue brincando de felicidad por el gane.
