Una agresión de Romell Quioto a Kevin Espinoza detonó un penoso zafarrancho entre jugadores y miembros del cuerpo técnico del Olimpia y Real España al final del partido que ganaron los capitalinos 2-1.
Uno de los asistentes del Real España le reclamó a uno de los árbitros y en ese momento comenzaron a lanzarse patadas y puñetazos.
La batalla campal generó preocupación y alarma entre los aficionados de dos de los equipos más grandes de Honduras.
Lo peor fue que la seguridad nunca se hizo presente y mientras algunos futbolistas buscaban irse a los puños, otros provocaban.
Por fortuna, jugadores de la banca y algunos de más experiencia intervinieron para evitar un pleito de proporciones.
Al final los ánimos se calmaron y los protagonistas se fueron a los camerinos del Estadio Nacional de Tegucigalpa.