TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las finanzas personales de los hondureños se verán afectadas con el ajuste al impuesto de producción y consumo que se aplica anualmente a los cigarros y bebidas a nivel nacional.
En el 2024 se pagará más por estos productos de consumo popular al determinarse un aumento de 5.19% para este tributo que recae sobre los cigarrillos, bebidas gaseosas, alcohólicas y otras bebidas preparadas o fermentadas, de conformidad a lo establecido en el acuerdo 218-2024 de la Secretaría de Finanzas (Sefin) al que tuvo acceso EL HERALDO.
El referido ajuste vigente desde el pasado 18 de mayo se calcula con base a la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que también abarca al alcohol etílico sin desnaturalizar con grado alcohólico volumétrico superior o igual al 80% y alcohol etílico, incluyendo el alcohol desnaturalizado de cualquier graduación.
Desde el 2013 se encuentra en vigor este gravamen y su monto no puede exceder el 6%, según los artículos 24 y 25 del decreto 17-2010 contentivo de la Ley de Fortalecimiento de los Ingresos.
Aunque el IPC de 2022 fue de 9.80%, el impuesto de producción y consumo se determinó en 6% durante el año pasado.
Los fabricantes e importadores de estos productos trasladan al consumidor final un porcentaje de este tributo, encareciendo su valor en los establecimientos comerciales.
Variaciones
Para los cigarrillos este impuesto asciende a 600.99 lempiras sobre la base de cada millar o fracción de cada millar de los derivados de tabaco vendidos o importados, se define en el artículo dos del acuerdo.
De 29.65 lempiras fue el alza interanual del gravamen respecto al 2023 cuando el ajuste fue de 571.34 lempiras e incluye a los cigarros con tabaco, aquellos electrónicos con nicotina hasta los dispositivos personales de vaporización eléctricos.
Las gaseosas y otras bebidas preparadas excluyendo los jugos naturales, leche y productos lácteos el tributo pasó de 0.95 a 0.99 lempiras por litro, una diferencia de 0.04 lempiras, verificó EL HERALDO.
Una de las bebidas más consumidas en el territorio hondureño es la cerveza y el impuesto de producción y consumo se elevó a 7.07 lempiras por litro (34 centavos de lempira de margen) en relación con el periodo pasado de 12 meses cuando se cobró 6.73 lempiras.
Respecto a los vinos y champagne en recipientes con capacidad superior a dos litros, pero inferior o igual a 10 litros el gravamen a aplicar es de 8.88 lempiras por litro, superior en 44 centavos de lempiras que el 2023 cuando se fijó en L 8.44.
Un monto de 47.94 lempiras por litro se ajustó el tributo para otras bebidas alcohólicas como el whisky, vodka, tequila, entre otras bebidas preparadas que el año anterior pagaron 45.58 lempiras por litro, reflejando 2.36 lempiras de aumento.
La nueva cuantía del impuesto para el ron es de 29.19 lempiras por litro que implica 1.44 lempiras adicionales.
Para quienes degustan el aguardiente el impuesto por litro incrementó de 19.83 a 20.86 lempiras (L 1.03 extras) y el alcohol etílico se le aplicó un gravamen de 17 centavos, es decir 0.01 lempiras más comparado al 2023.
EL HERALDO verificó que un total de 74,058.1 millones de lempiras busca captar el gobierno en el actual ejercicio fiscal por concepto del impuesto sobre la producción, consumo y ventas, según lo estipulado en el Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República para el 2024 (decreto 62-2023).
A 9,560.4 millones de lempiras subió la proyección de lo que generará al fisco este tributo en relación con 2023 cuando la estimación fue de L 64,497.7 millones.
En el gravamen a las cervezas se obtendría 2,039.2 millones de lempiras y 1,532.5 millones de lempiras por las gaseosas.
Incrementando
“La mayor tasa aplicada a las bebidas alcohólicas (cerveza, aguardiente, licor compuesto), bebidas gaseosas y a los cigarrillos siempre se ha ido incrementando con el propósito de recaudar más impuestos, en el caso de los cigarrillos este bien se considera como un ejemplo de producto que tiene demanda inelástica, es decir que aunque aumente su precio la gente los consume siempre y los va a comprar”, detalló a EL HERALDO la economista Liliana Castillo.
Agregó que “el hecho está en que este impuesto se viene ajustando cada año por el índice de inflación, lo que va encareciendo más el precio de estos productos”.
El gravamen está incluido dentro del rubro impuesto sobre la producción, consumo y ventas que representa el 47% de los ingresos tributarios, precisó la entrevistada.
Castillo destacó que este tributo es una fuente segura de ingresos para el gobierno, tal como el impuesto a los combustibles, por lo que no puede prescindir de su cobro.
EL HERALDO consultó a las autoridades de Sefin sobre los alcances del acuerdo 218-2024, sin embargo, no se obtuvo respuesta alguna.
Estudio
Hace cinco años el Banco Mundial (BM) en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el gobierno de Japón elaboraron un estudio denominado El impacto del precio en el consumo de bebidas azucaradas en Honduras en el que se subraya que “la aplicación de un impuesto a las bebidas azucaradas es recomendable desde el punto de vista de la salud”.
“El monto de este impuesto debería definirse de acuerdo con el contenido de azúcares agregadas en las bebidas. De esta manera, el impuesto a las bebidas con mayor contenido de azúcares agregadas sería más alto”, plantea.
