El informe, que toma datos a agosto pasado, indica que el 50% de los empresarios encuestados afirma que el bajo poder de compra de los consumidores es su principal desafío en este momento, y en segundo lugar el 42% dice que la inseguridad.
A estas problemáticas se suman la crisis por el covid-19, las pocas oportunidades de financiamiento y la competencia desleal por el sector informal. Asimismo, la ineficiencia en trámites públicos y las dificultades para exportar o importar.
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Para mermar el impacto en los negocios y evitar el cierre de micro y pequeñas empresas, el sector privado insta al gobierno a que agilice el proceso de vacunación, así como a mejorar la seguridad ciudadana.
Adicionalmente consideran necesario que se otorguen estímulos a la innovación y emprendimiento; se amplíen las líneas de financiamiento y se simplifiquen los trámites.
Rafael Medina, director ejecutivo de la CCIT, explica que se refleja un efecto rebote en la economía este año. Es decir que en comparación con las cifras de 2020, cuando la economía cayó en 9%, la reactivación es significativa. No obstante, la actividad económica está lejos de lograr los niveles de antes de la pandemia.
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Las autoridades del Banco Central de Honduras (BCH) estiman que posiblemente hasta 2024 se recupere la capacidad productiva tras los efectos de la pandemia y las tormentas Eta y Iota, que duplicaron la tasa de desempleo y elevó la pobreza.
Los empresarios de la región centroamericana advirtieron la semana anterior que la recuperación es lenta y se requieren más esfuerzos para recuperar los empleos perdidos. Detallaron que el 31% de las empresas sí reportaron aumento en sus ventas en el primer trimestre, pero el 43% dijo que disminuyeron y el resto se mantiene en el mismo nivel. Pero para el segundo semestre todavía el 20% proyecta que tendrá pérdidas.
En Honduras, además de los problemas recurrentes, este 2021 es un año político, hecho que frena las inversiones, explican economistas.
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