Starbucks, una de las cadenas de café más reconocidas a nivel mundial, inauguró su primera tienda en Honduras el pasado 10 de diciembre en San Pedro Sula. Este hecho genera tanto expectativas como interrogantes sobre su impacto en la economía y caficultura hondureña.
¿Será un verdadero impulso para los productores locales o un desafío que afectará a las franquicias y marcas nacionales?
La tienda, situada en la zona de Pedregal, es la primera de cuatro que Starbucks tiene previsto inaugurar en Honduras para finales de 2025. Aunque la compañía asegura haber adquirido café hondureño desde 1990, surge la interrogante, ¿podrá comprometerse plenamente a comprar café producido localmente, especialmente ante las exigencias y fluctuaciones del competitivo mercado global?
Para los productores de café, la llegada de Starbucks genera opiniones divididas. Algunos ven en la cadena una oportunidad para mostrar la calidad del café hondureño en el mercado global.
“Es una oportunidad para promover y posicionar nuestros cafés a nivel internacional. Sin embargo, esperamos que Starbucks en Honduras sirva exclusivamente café producido en nuestras fincas y no recurra a opciones de otros países productores”, expresan representantes del sector.
Sin embargo, la realidad del mercado global plantea dudas. Honduras produce alrededor del 54% de café especial y 46% de café convencional, según datos brindados por la Subsecretaría de Caficultura, una distinción que le permite destacar frente a otros países productores.
En un entorno donde las grandes cadenas suelen orientarse hacia cafés comerciales de menor calidad, los productores hondureños se preguntan si Starbucks podrá comprometerse a mantener un enfoque en los granos locales de calidad.
La fluctuación de los precios internacionales del café añade otra capa de incertidumbre. En un mercado competitivo, países productores de café con mayores volúmenes, como Brasil, Vietnam, Colombia y Etiopia a menudo dominan las compras de grandes cadenas. Esto plantea una pregunta crucial: ¿podrán los caficultores hondureños ofrecer sus granos a precios competitivos sin sacrificar su calidad?
Starbucks asegura que este año para su portafolio global, incluye productos como “Honduras Marcala de Origen Único” y “Honduras Honey-Processed Los Naranjos”.
Además, su menú en Honduras incluye el “Honduras Cafico Reserve”, elaborado en colaboración con la cooperativa CAFICO. ¿Será esta estrategia suficiente para generar un impacto positivo en la economía y consumo local?
La empresa también lidera iniciativas en sostenibilidad, como el Programa Coffee and Farmer Equity (C.A.F.E.) Practices y proyectos a través de la Fundación Starbucks, que promueven el acceso a agua limpia, el empoderamiento de mujeres y el apoyo a jóvenes en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, el impacto tangible de estas acciones en Honduras está por evaluarse.
A nivel regional, Starbucks desarrollará soluciones innovadoras frente al cambio climático en sus granjas de investigación en Costa Rica y Guatemala. ¿Podrán estos esfuerzos trasladarse efectivamente a los caficultores hondureños, quienes enfrentan retos como la baja rentabilidad, las plagas en los cultivos y los altos costos de producción?
La llegada de Starbucks a Honduras sin duda simboliza un reconocimiento al potencial del café hondureño. Pero, ¿será suficiente para generar un cambio positivo en el sector?
Mientras algunos celebran la apertura, otros advierten sobre los desafíos que podría traer para las pequeñas marcas y productores locales.
Lo cierto es que el impacto de Starbucks dependerá no solo de su compromiso con los caficultores, sino también de cómo las marcas y los consumidores hondureños respondan a esta nueva dinámica en el mercado del café.