Tegucigalpa, Honduras-. Honduras, tiene una rica tradición cafetalera familiar, los productores generalmente están establecidos a lo largo del tiempo de generación en generación, según datos manejados por la Subsecretaria de Caficultura la edad promedio de los caficultores es de 52 años, sin embargo, el sector cafetalero al igual que otros gremios existentes, presentan una problemática referente a el relevo generacional.
El café como cultivo comercial es una fuente importante de ingresos familiares, a medida que la demanda siga aumentando en todo el mundo, también lo harán los ingresos familiares en los países productores de café, si se adoptan las medidas adecuadas para asegurar una buena transición de propiedad a las generaciones siguientes.
En Honduras es fundamental establecer procesos de sucesión exitosos que garanticen la sostenibilidad y rentabilidad de la caficultura nacional.
Un sector cafetero próspero y sostenible es clave para ofrecer oportunidades de vida a los jóvenes en la producción de café. Para lograr un sector resistente y sostenible, es indispensable fomentar una mayor participación de las nuevas generaciones.
Acceso a enseñanza de calidad para los jóvenes productores
La participación de los jóvenes en la producción de café en la región centroamericana es menor al 25%, en Honduras el 8% de los productores son jóvenes. Para asegurar un sector cafetero próspero y sostenible, los jóvenes necesitan desarrollar habilidades básicas, interpersonales y específicas del sector. Esto se logra mediante el acceso a una enseñanza e instrucción adecuada en los diferentes procesos de la cadena de valor del café.
En este contexto, el Instituto Hondureño del Café (IHCAFE) ha creado la Escuela Superior del Café (ESCAFE), con el objetivo de beneficiar a las familias productoras. Desde hace muchos años, esta escuela ha sido una valiosa alternativa para la formación, capacitación y certificación de los distintos actores involucrados en la cadena agroindustrial del café.
Asimismo, en coordinación con el Instituto Hondureño de Formación Profesional (INFOP), se han creado tres nuevos programas curriculares que responden a las necesidades del sector: Extensionista en caficultura, Encargado de cuadrillas para el manejo agronómico de fincas y Emprendedores de servicios cafetaleros. Estos programas están alineados con la estrategia institucional de “renovar sin dejar de producir” y están dirigidos a los hijos de los productores y a los jóvenes vinculados al sector.
Además, varias organizaciones en el país están apostando por el relevo generacional en el sector productor. Un claro ejemplo es USAID, que a través de su programa Agronegocios Sostenibles y sus alianzas estratégicas con diferentes eslabones de la cadena de valor del café, está contribuyendo a enfrentar uno de los principales desafíos de la industria, la erradicación de la migración.
Por otro lado, existen diversas iniciativas educativas enfocadas en la caficultura entre ellas destacan el Técnico en Administración de Empresas Cafetaleras de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el Posgrado en Caficultura y Negocios de la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano, así como los diferentes cursos gratuitos impulsados por la iniciativa Jóvenes en la Caficultura Hondureña de Nestlé en colaboración con CoHonducafé. Es fundamental que los jóvenes tengan acceso a formación tanto en las prácticas agrícolas como en la gestión empresarial, para que puedan fortalecer su rol en el sector.
Obstáculos en la participación de los jóvenes en la producción de café
La caficultura puede tener una impresión negativa de ser una actividad poco rentable para los jóvenes, no obstante, hay pruebas de que cuando a los jóvenes se les da la oportunidad de que tengan una participación productiva y rentable en la agricultura, la aprovechan.
La participación de los jóvenes en el sector cafetero está dificultada no solo por la falta de acceso a la enseñanza de calidad, sino también por la falta de acceso a la tierra y el financiamiento, estos dos factores constituyen algunos de los principales obstáculos para los jóvenes que desean incursionar en la caficultura.
En Honduras es crucial implementar políticas y estrategias para aumentar la rentabilidad del sector, se necesitan programas de apoyo específicos para los jóvenes caficultores que faciliten el acceso a la tierra, financiamiento, capacitación y asistencia técnica.
De esta manera, es fundamental dar mayor visibilidad a los jóvenes productores, quienes, a pesar de ser vulnerables en el sector, tienen un impacto significativo. Como la próxima generación de productores de café, su contribución es clave para el futuro de la industria cafetalera nacional.