Tegucigalpa, Honduras
El creciente saldo de la deuda pública ha provocado una fuerte polémica en Honduras. A diciembre 2016 el saldo fue de $9,506.9 millones de dólares, equivalente al 45.5% del PIB. A comienzos de año el gobierno colocó un bono soberano por $700 millones para apoyar la ENEE.
Wilfredo Cerrato, secretario de Finanzas, conversó con EL HERALDO sobre los pro y los contra de la política de endeudamiento público.
Varios sectores critican la contratación de deuda pública. ¿Qué opina?
Contratar más deuda no es malo si se toma para mejorar el patrimonio. No estoy de acuerdo y no es sostenible si nos vamos a endeudar para gastos.
El tema de la deuda lo puedo explicar con un ejemplo sencillo: si uno gana 20,000 lempiras mensuales no puede comprar una casa de 400,000, entonces se acude a un banco a gestionar un préstamo para comprar un activo que no solo me beneficiará a mí sino que a mis futuras generaciones.
Pero los señalamientos al endeudamiento público han arreciado.
Es una pena que personas que dicen ser diferentes estén jugando a la política con un tema tan serio. Hay gente que hace un año felicitó al gobierno por la conducción económica, pero ahora que andan en política han cambiado su opinión en un 100%.
¿Puede el gobierno justificar la contratación de más deuda externa?
Sí, casi todos los préstamos contratados en los últimos años han sido para carreteras. También tenemos otro tipo de financiamiento para programas sociales. La fórmula de crecimiento económico dice que es inversión, más gasto, más ahora, más la diferencia entre exportaciones e importaciones.
La inversión puede ser privada o pública. Lo fuerte del gobierno en materia de inversión son carreteras, aeropuerto, y los recursos para esa inversión tienen que venir del financiamiento externo.
¿Qué factores explican que ahora Honduras puede acceder a nuevas fuentes de financiamiento?
La confianza y la capacidad de pago. Después de la crisis política de 2009 los bancos de desarrollo, llámese BID, Banco Mundial y BCIE, excluyeron a Honduras del apoyo financiero, lo que hizo que solo accediera a recursos internos.
Después de las medidas adoptadas por el gobierno del presidente Hernández (Juan Orlando) se ha logrado recuperar la confianza y ahora tenemos nuevas fuentes como el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Además, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), quien había suspendido operaciones en el país, prestó 130 millones de dólares para proyectos, a una tasa de interés del 0.6%.
¿Cómo evaluar esa confianza de los organismos financieros?
Con el aumento de la cartera de préstamos. El BID antes nos prestaba 360 millones de dólares cada dos años, ahora amplió la cartera a 630 millones. Por sentido común un banco no le va a dar dinero a alguien que tenga problemas, sino que al que paga y al que tiene capacidad de pago.
Además el gobierno de Honduras fue uno de los que mayor ejecución tuvo en el segundo semestre 2015 y primer semestre 2016. El Banco Mundial ha ofrecido una cartera de préstamos de entre 300 y 350 millones de dólares.
¿Cuáles son las condiciones financieras a las que Honduras contrata deuda externa?
Son favorables. El BID nos presta al 1.38% de interés a 20 años plazo, y el que presta abajo de 2.38% está casi regalando el dinero, o sea que lo está concesionando.
La tasa de interés del Banco Mundial es a 2.30% y la del BCIE a 0.25%, más tasa Libor.
¿El gobierno trabaja en el replanteamiento de la relación con cada organismo financiero?
Así es. Queremos concentrarnos con el BID en temas de infraestructura y sector eléctrico, con el Banco Centroamericano en el sector eléctrico y con el Banco Mundial nos vamos enfocar en temas de agricultura, agua y saneamiento, y en un componente del sector eléctrico.