TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El panorama socioeconómico para Honduras no es halagador para 2023. Así lo indica la actualización de cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) al estimar un crecimiento económico de 3.5%. También proyecta una tasa de inflación de 6.2%.
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Por el momento, las autoridades del Banco Central de Honduras (BCH) no han anunciado las metas indicativas para este año.
El Programa Monetario 2022-2023 mantiene una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) entre 3.5% y 4.5% para este año y una inflación de 5.63%.
Panorama
Un análisis del FMI elaborado por Gustavo Adler, Nigel Chalk y Anna Ivanova señala que la desaceleración del crecimiento, la inflación elevada y la incertidumbre mundial implican que este año los niveles de vida disminuirán para mucha gente de la región, y que habrá un mayor grado de ansiedad con respecto al futuro.
Agregan que para revertir estas tendencias y el impacto de la pandemia hay que restaurar la estabilidad macroeconómica y estimular el crecimiento de manera duradera mediante reformas estructurales. Pero encontrar acuerdos para emprender reformas económicas razonables en un entorno de fuertes tensiones sociales será una batalla cuesta arriba, subrayan.
“La continua posibilidad de malestar social y paralización política puede minar la confianza y ser un lastre para la actividad económica”, dicen los expertos.
Hoja de ruta
El análisis publicado por el Fondo Monetario dice que pese a las evidentes dificultades, las políticas deben centrarse en lograr la estabilidad económica, estimular el crecimiento y la creación de empleo, fomentar la iniciativa empresarial y atender las acuciantes necesidades sociales a las que se enfrentan muchas personas en la región.
“Esto ayudará a aliviar el malestar social y a restablecer la confianza en las instituciones públicas”, sostienen los expertos que prepararon el análisis.
Dicen que los bancos centrales no deben flaquear en su lucha para reducir la inflación, que exigirá esfuerzos denodados. La política fiscal tendrá que hacer hincapié en el gasto social para ayudar a los pobres y al mismo tiempo en reducir la deuda pública.
Se deben seguir mejorando las redes de protección en la región, construyendo sobre los avances recientes, a fin de garantizar asistencia social fiable y suficientemente generosa para quienes más la necesiten.
Sin embargo, el FMI considera que estas medidas no deben reemplazar los cambios de políticas más profundos que son necesarios para mejorar la productividad, promover la inversión y facilitar la creación de empleo. Esas reformas serán, a la larga, el camino principal para elevar los niveles de vida de la población de los países de la región.